MADRID.- Podemos ha tendido la mano este lunes a PSOE y la plataforma Más País, liderada por Íñigo Errejón,
para formar un Gobierno de coalición progresista tras las elecciones
del 10-N. Un "Gobierno amplio de coalición progresista", según lo ha
denominado la portavoz de Podemos, Noelia Vera,
con el objetivo de hacer frente a los indicios de recesión económica,
aplicando recortes "por arriba" y nunca haciendo recaer estos en las
clases trabajadoras. Aplicar un impuesto a la banca y devolver el
impuesto de hipotecas son dos de las principales medidas que compartiría
este ejecutivo conjunto con el resto de formaciones progresistas, según
resalta El Confidencial.
La formación liderada por Pablo Iglesias ha tomado esta decisión en la ejecutiva celebrada este lunes, defendiendo que se deben "naturalizar los acuerdos" —también
la "relación entre los distintos partidos"— y priorizar la formación de
un Gobierno progresista. De este modo, quiere obligar al resto de
formaciones del bloque progresista a posicionarse ya de cara a su
política de pactos poselectorales.
Entienden que el PSOE intentará la
opción de buscar un acuerdo con Ciudadanos, si dan los números,
plegándose a la política económica impuesta desde Bruselas y que, según
su opinión, se centraría en implementar recortes sobre las clases
trabajadoras.
Desde la plataforma Más País, su líder, Íñigo Errejón, ya avanzó durante el lanzamiento de su candidatura
que pondría sus votos a disposición de un Gobierno progresista, sin que
su presencia en el Ejecutivo fuese una línea roja. "No todos los
cambios que queremos conseguir se van a conseguir con el próximo
Gobierno, pero seguiremos empujando, porque es hora de que alguien
piense con la mirada larga, más allá del próximo congreso", apuntó en su
discurso ante la asamblea de Más País con un mensaje teledirigido a los
de Pablo Iglesias.
Acto seguido, volvía a insistir en que "nosotros
concurrimos por responsabilidad". Una parte principal de su discurso se
centra en justificar su irrupción en un tablero electoral con una fuerte
división y en destacar la incapacidad de socialistas y morados, dijo
sin nombrarlos, de llegar a acuerdos.
Desde Podemos, tienden la mano al resto de formaciones progresistas tratando de centrar el debate en medidas programáticas y
sobre todo en el escenario de recesión económica. "Les preguntamos al
resto de partidos progresistas cómo piensan afrontar la crisis que se
nos viene por delante", argumentó Vera, volviendo a mencionar la
necesidad de implantar un impuesto a la banca.
"Hay que empezar a hablar
de política", remachó. Desde Más País, todavía no se ha desarrollado un
programa electoral, más allá de enarbolar banderas como el feminismo,
ecologismo, pensiones o la lucha contra la precariedad, sin concretar
medidas.
La ampliación de la oferta electoral en el campo
progresista indica un panorama incierto sobre los pactos poselectorales.
Desde Podemos, han admitido ya que a partir del 11 de noviembre, el día
después a la cita con las urnas, "habrá muchos actores que nos tenemos que poner de acuerdo.
Queremos ver qué propone cada uno de ellos para poder entendernos". Son
optimistas respecto a la posibilidad de llegar a acuerdos, y las
encuestas siguen pronosticando que tanto sus votos como los de Más País
serían determinantes para que Pedro Sánchez alcanzase la mayoría necesaria para ser investido presidente del Gobierno.
Unidas Podemos repetirá sus listas electorales,
concurrirá con el mismo programa electoral y reeditará sus alianzas
territoriales en Galicia y en Cataluña. En estas dos comunidades, la
plataforma de Errejón no ha logrado cerrar acuerdos con otras
formaciones —ni En Marea, ni los 'comuns' ni tampoco la federación
catalana de Equo—, por lo que ahora deja la puerta abierta a presentarse
en algunas de estas circunscripciones en solitario. Tiene hasta el
próximo día 7 de plazo para registrar las candidaturas en solitario,
mientras que el de las coaliciones acaba este lunes a mediodía.
Durante
la reunión del último Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano de
decisión entre asambleas de Podemos, el líder del partido cargó contra
Errejón por la posibilidad de que regalase sus votos al PSOE sin
establecer exigencias. Situó tanto a Sánchez como a Errejón en el objetivo compartido de apuntalar el bipartidismo y permitir que los poderosos "duerman tranquilos" impidiendo que Podemos esté en el Gobierno.
Pese a señalar que "los partidos no son nuestros adversarios, menos los progresistas", advirtió que, al contrario que Errejón, nunca facilitaría la construcción de un Gobierno entre Sánchez y Rivera,
como habría reclamado el ex número dos de Podemos en 2016.
Y señaló que
tampoco permitiría la investidura de Sánchez "gratis y sin garantías",
después de que este miércoles Errejón anunciase en el lanzamiento de su
candidatura que pondría sus diputados "al servicio de un Gobierno
progresista" y que para ello no se podía exigir un programa de máximos.
“Nosotros
no vinimos a la política para ser una fuerza subalterna, para decidir
si gobierna el PSOE o el PP ni para ser útiles al bipartidismo, sino
para producir cambios”, defendió sin concretar su destinatario pero con
unas palabras dirigidas a la línea de flotación del proyecto de Íñigo
Errejón. Asimismo, quiso dejar claro ante los suyos, en un momento
marcado por las fugas de última hora a la escisión de Errejón, que se
mantendrán en una posición de firmeza tras el 10-N si sus votos vuelven a
ser claves para la formación de Gobierno: "No votaremos para que duerman mejor los poderosos".
En esta línea, realizó más ataques a Más País, situándolo como un
espejo del PSOE, siglas que evitó nombrar durante toda su intervención,
remarcando las diferencias entre ambos proyectos políticos: "Frente a
quienes no vienen a transformar la realidad, sino a adaptarse a ella, en
Podemos defenderemos los derechos de la gente y diremos la verdad, le
duela a quien le duela".
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