LONDRES.- La Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CAA, en
inglés) inicia este lunes la mayor repatriación de británicos -más de
150.000- desde la II Guerra Mundial tras el colapso de la empresa de
turismo Thomas Cook.
El grupo turístico entró en
suspensión de pagos al no prosperar el domingo las negociaciones de
emergencia con su principal accionista, el conglomerado chino Fosun,
después de que los bancos exigieran un fondo adicional de 200 millones
de libras (unos 227 millones de euros) para hacer frente a los meses de
invierno.
Después de que Thomas Cook comunicase esta madrugada que
dejaba de operar, 105 aviones quedaron en tierra, mientras que 600.000
personas -de las que 150.000 son británicos- han quedado varados en unos
51 destinos turísticos de 17 países.
La quiebra de Thomas Cook afecta también a sus 22.000 empleados, de los que 9.000 corresponden al Reino Unido.
La compañía, que llevaba años en serias dificultades financieras,
vendía paquetes turísticos a 19 millones clientes al año en 16 países,
por lo que hay afectados a nivel global.
Se estima
que el proceso para repatriar a los británicos que empieza hoy durará
hasta el próximo 6 de octubre, y que supondrá el doble de los esfuerzos
hechos en octubre de 2017 cuando la aerolínea Monarch colapsó, lo que
obligó a la CAA a poner en el aire 567 aviones para repatriar a unas
84.000 personas.
La CAA indicó que ha empezado a
contactar con los hoteles donde están los clientes de Thomas Cook para
informarles de que el coste de su alojamiento será costeado por el
Gobierno.
"Todas las reservas de Thomas Cook, incluidos los vuelos y vacaciones, han sido cancelados", agregó la CAA.
El director de política de la CAA, Tim Johnson, ha pedido a los
clientes de Thomas Cook que tenían previsto viajar este lunes, que no
acudan al aeropuerto porque los vuelos están cancelados.
"Para aquellos que no han empezado sus vacaciones, vamos a publicar
detalles de cómo reclamar el reembolso en la página web no más tarde del
próximo lunes", precisó Johnson
El consejero
delegado de Thomas Cook, Peter Frankhauser, dio a conocer la noticia
esta madrugada en un comunicado leído ante las cámaras de televisión,
después de que fracasasen todos los esfuerzos por mantener operativo al
grupo, que en mayo registró unas pérdidas de 1.500 millones de libras
(1.680 millones de euros) correspondientes a la primera mitad de su año
fiscal.
"A pesar de enormes esfuerzos durante varios
meses y otras negociaciones intensas en los últimos días, no hemos
podido conseguir un acuerdo para salvar nuestro negocio", dijo
Frankhauser.
"Ha sido un privilegio haber liderado
Thomas Cook. Es profundamente angustioso para mí que no haya sido
posible salvar a unas de las marcas de viaje más queridas", subrayó.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo a los medios en el
avión que lo llevó a EE.UU., que el Gobierno hará todo lo que pueda para
repatriar a sus ciudadanos.
"Nuestros pensamientos
están con los clientes de Thomas Cook, los turistas que ahora afrontan
dificultades para volver a casa. Haremos todo lo que podamos para
traerlos a casa", añadió.
También pidió una
investigación sobre el colapso a fin de asegurar que los turoperadores
estén más protegidos y evitar se repita una caída como la de Thomas
Cook.
El grupo esperaba concluir con Fosun un rescate
estimado en 900 millones de libras (1.023 millones de euros), pero fue
retrasado por la exigencia de los bancos -como el RBS y el Lloyds- de
contar con nuevas reservas de cara al invierno.
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