ALICANTE.- Caja Mediterráneo (CAM) es la joya económica y de poder para Alicante. Eso lo saben muy bien políticos y empresarios de todos los colores y sensibilidades, que siempre han cerrado filas para controlarla y también para blindarla frente a los cantos de sirenas que en muchas ocasiones han llegado desde Valencia, bajo el reclamo de una fusión con Bancaja ventajosa para todos, según "Las Provincias".
En la provincia nadie quiere oír hablar de esa unión, ni siquiera ahora que se ha confirmado el matrimonio entre las cajas vascas y surgen más voces en España que defienden la integración como medida de fortalecimiento frente a la actual crisis.
Esta semana ha vuelto a quedar de manifiesto que los prohombres económicos alicantinos rechazan toda posibilidad de retomar el viejo sueño que hace ocho años llegó a plantear el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, en un debate en Les Corts Valencianes.
Y es que ni entonces, ni en el presente, se está por la labor. Existe un consenso general entre el empresariado de la provincia para contrarrestar y combatir las posiciones que instan a una integración de las dos entidades financieras regionales.
La Cámara de Comercio de Alicante, presidida por Antonio Fernández Valenzuela, junto a sus homólogas de Alcoy y Orihuela, lanzó una propuesta, con motivo de la elaboración de su plan estratégico Horizonte 2020, en el que reivindica la necesidad de impulsar las fusiones interregionales con otras cajas españolas para "mantener a Alicante como centro financiero".
Un llamamiento dirigido de forma clara a los dirigentes de la CAM, y que está respaldado por un centenar de empresarios y el equipo de medio centenar de profesores universitarios que han participado en el estudio.
Eso sí, la invitación a Caja Mediterráneo para que absorba a otras entidades de ahorro obvia en todo momento a Bancaja. Una posición que tampoco sorprende mucho, en virtud de que desde Alicante siempre se ha visto con malos ojos la posibilidad de que con dicha fusión la toma de decisiones se traslade a Valencia y se pierda la posibilidad de seguir influyendo.
Un dato relevante es que uno de los coordinadores del plan que recoge las medidas planteadas por la Cámara es un destacado miembro del consejo de administración de la CAM, el catedrático de Economía, Martín Sevilla, aunque en este caso participa como miembro del equipo de la Universidad de Alicante, a quien se encargo la tarea.
Desde la entidad de ahorros alicantina se observan estos movimientos con distancia y se opta por guardar silencio, entre otras razones porque de momento no hay nada y parece que a medio plazo tampoco. Pero lo que está claro es que como dice el dicho popular: "cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar".
En ese sentido, los movimientos a favor de la integración de las cajas de Casilla-León, la confirmación del la fusión de la BBK vizcaína y la guipuzcoana Kutxa, y las posiciones favorables que también emergen en Andalucía, son ejemplos claros que demuestran que algo se mueve.
Claro que en estos casos, debido a la especial regulación de las cajas, con el importante peso de las administraciones públicas, resulta decisivo las posiciones favorables de los estamentos políticos regionales.
En el caso de la Comunitat Valenciana no ocurre igual. Aquí siempre ha habido mucho ruido y pocas nueces con este tema. El Consell que preside Francisco Camps se ha mostrado siempre muy prudente ante una posible fusión financiera, en contraste con la clara voluntad que evidenció Zaplana.
El vicepresidente, Vicente Rambla, aseguró que el gobierno de la Generalitat "mantiene una posición de respeto e independencia" frente a las entidades para evitar su "politización", lo que ha servido para que éstas adquieran una posición "muy significativa".
En su opinión, la situación actual ha generado numerosos "foros de discusión y análisis" y "valoraciones para todos los gustos, todas ellas muy respetables".
Entre esas posiciones se podrían citar las que han mantenido dirigentes como Modesto Crespo, presidente de la patronal Coepa. que a su vez es secretario del consejo de administración de la CAM, que no considera que la fusión con Bancaja sea un tema urgente; o Joaquín Rocamora, su antecesor, actualmente al frente del lobby INECA, que dijo el jueves que resulta "innecesaria". Las organizaciones sindicales alicantinas tampoco la ven con buenos ojos.
Además, el conseller Rambla reitera que lo que acontece en otras autonomías "no altera en nada el panorama entre CAM y Bancaja, muy sólidas, con una presencia territorial muy definida en la Comunitat y fuera de ella, con un peso relativo muy importante en el conjunto financiero español".
Por todo ello está claro que los empresarios alicantinos pueden estar tranquilos, la CAM seguirá en Óscar Esplá. De momento.
En la provincia nadie quiere oír hablar de esa unión, ni siquiera ahora que se ha confirmado el matrimonio entre las cajas vascas y surgen más voces en España que defienden la integración como medida de fortalecimiento frente a la actual crisis.
Esta semana ha vuelto a quedar de manifiesto que los prohombres económicos alicantinos rechazan toda posibilidad de retomar el viejo sueño que hace ocho años llegó a plantear el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, en un debate en Les Corts Valencianes.
Y es que ni entonces, ni en el presente, se está por la labor. Existe un consenso general entre el empresariado de la provincia para contrarrestar y combatir las posiciones que instan a una integración de las dos entidades financieras regionales.
La Cámara de Comercio de Alicante, presidida por Antonio Fernández Valenzuela, junto a sus homólogas de Alcoy y Orihuela, lanzó una propuesta, con motivo de la elaboración de su plan estratégico Horizonte 2020, en el que reivindica la necesidad de impulsar las fusiones interregionales con otras cajas españolas para "mantener a Alicante como centro financiero".
Un llamamiento dirigido de forma clara a los dirigentes de la CAM, y que está respaldado por un centenar de empresarios y el equipo de medio centenar de profesores universitarios que han participado en el estudio.
Eso sí, la invitación a Caja Mediterráneo para que absorba a otras entidades de ahorro obvia en todo momento a Bancaja. Una posición que tampoco sorprende mucho, en virtud de que desde Alicante siempre se ha visto con malos ojos la posibilidad de que con dicha fusión la toma de decisiones se traslade a Valencia y se pierda la posibilidad de seguir influyendo.
Un dato relevante es que uno de los coordinadores del plan que recoge las medidas planteadas por la Cámara es un destacado miembro del consejo de administración de la CAM, el catedrático de Economía, Martín Sevilla, aunque en este caso participa como miembro del equipo de la Universidad de Alicante, a quien se encargo la tarea.
Desde la entidad de ahorros alicantina se observan estos movimientos con distancia y se opta por guardar silencio, entre otras razones porque de momento no hay nada y parece que a medio plazo tampoco. Pero lo que está claro es que como dice el dicho popular: "cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar".
En ese sentido, los movimientos a favor de la integración de las cajas de Casilla-León, la confirmación del la fusión de la BBK vizcaína y la guipuzcoana Kutxa, y las posiciones favorables que también emergen en Andalucía, son ejemplos claros que demuestran que algo se mueve.
Claro que en estos casos, debido a la especial regulación de las cajas, con el importante peso de las administraciones públicas, resulta decisivo las posiciones favorables de los estamentos políticos regionales.
En el caso de la Comunitat Valenciana no ocurre igual. Aquí siempre ha habido mucho ruido y pocas nueces con este tema. El Consell que preside Francisco Camps se ha mostrado siempre muy prudente ante una posible fusión financiera, en contraste con la clara voluntad que evidenció Zaplana.
El vicepresidente, Vicente Rambla, aseguró que el gobierno de la Generalitat "mantiene una posición de respeto e independencia" frente a las entidades para evitar su "politización", lo que ha servido para que éstas adquieran una posición "muy significativa".
En su opinión, la situación actual ha generado numerosos "foros de discusión y análisis" y "valoraciones para todos los gustos, todas ellas muy respetables".
Entre esas posiciones se podrían citar las que han mantenido dirigentes como Modesto Crespo, presidente de la patronal Coepa. que a su vez es secretario del consejo de administración de la CAM, que no considera que la fusión con Bancaja sea un tema urgente; o Joaquín Rocamora, su antecesor, actualmente al frente del lobby INECA, que dijo el jueves que resulta "innecesaria". Las organizaciones sindicales alicantinas tampoco la ven con buenos ojos.
Además, el conseller Rambla reitera que lo que acontece en otras autonomías "no altera en nada el panorama entre CAM y Bancaja, muy sólidas, con una presencia territorial muy definida en la Comunitat y fuera de ella, con un peso relativo muy importante en el conjunto financiero español".
Por todo ello está claro que los empresarios alicantinos pueden estar tranquilos, la CAM seguirá en Óscar Esplá. De momento.
2 comentarios:
Está muy claro que Camps no quiere lios dentro del PP de Alicante y Valencia.Por tanto no va a mover un dedo para la fusion de Bancaja y Cam.Para el lo primero es su sillon.Amén.Por tanto cuando todas las cajas de las demas provincias se vayan fusionando aqui nos quedaremos como la sexta y la octava de España.Hay que joderse,todo sea por la poltrona.ALDEANOS.
La fusion de las cajas vascas me parece una situacion muy realista.Aprovechando los vientos que abogan por estas soluciones desde Valencia pensamos que BANCAJA deberia absorber a la CAM(que está en numeros rojisisisimos...),aunque desde la Generalitat se diga que es una fusion.Seria la posibilidad de tener en la comunidad valenciana la tercera caja por activos de España.A ver si estan esperando el permiso del Santo Padre.
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