MADRID.- Pese a que aseguran que no comparten «ni el objetivo, la
independencia, ni la estrategia, la proclamación unilateral que
persiguen y promueven las fuerzas independentistas», lo cierto es que UGT y CCOO participarán en la manifestación del próximo 15 de abril en Barcelona, junto a los separatistas de la ANC y Òmnium Cultural, pidiendo la vuelta a casa de los presos soberanistas. Y ayer en un comunicado conjunto justificaron su participación
en la marcha ante la necesidad de «construir puentes de encuentro» y
para recuperar la «normalidad institucional, política y judicial», recuerda hoy El Mundo.
Las dos grandes centrales sindicales ponen en entredicho la normalidad judicial tras las decisiones que los jueces respecto al procés y
que califican de «desproporcionadas», tanto «en la tipificación de
algunos delitos como en el abuso de la utilización de la prisión
preventiva». UGT y CCOO insisten, no obstante, en que su participación
en la manifestación del domingo «en ningún caso puede confundirse con su
apoyo al procés», pero aseguran que las causas judiciales
contra personas «que hasta hace poco tenían altas responsabilidades
institucionales» están teniendo «importantes consecuencias
sociopolíticas» y podrían «incluso tenerlas sobre el rigor del sistema
español si es desautorizado en instancias europeas».
Por
eso, exigen que de forma «urgente» se conforme un Gobierno en Cataluña
«dentro del marco Constitucional y Estatutario, porque es necesario
recuperar el autogobierno dejando de aplicar el artículo 155, para que ese Gobierno se ocupe de los problemas de la gente (paro, desigualdad...), para dejar atrás el procés y abrir una etapa de diálogo entre en Cataluña y con el Gobierno».
Esto
es, en definitiva, dicen, que el Gobierno renuncie al «inmovilismo» y
las fuerzas políticas independentistas «al unilateralismo» que han
mantenido desde el inicio del conflicto. Por eso, advierten de que han
propuesto «una reforma constitucional» que dé respuesta a las
aspiraciones de mayor autogobierno «en el marco de un Estado Federal».
Su postura a lo largo de todo este tiempo no siempre ha sido
entendida por sus afiliados. Fuentes de UGT reconocen a El Mundo que el
anuncio de su participación en la marcha de este domingo ha provocado
«cierto malestar» en la organización. Ahora bien, aseguran que han
conseguido llegar a una postura consensuada en el Consejo Confederal
que se celebró el martes, y niegan que se trate de «una manifestación
independentista» porque, precisan, el objetivo es «defender que haya un
Gobierno transversal que aúne el mayor número de sensibilidades» y «la
libertad de los presos preventivos» para que preparen sus juicios en
casa.
Su posición en este asunto no le ha salido gratis a
UGT y CCOO, que han reconocido haber perdido afiliados. En una rueda de
prensa celebrada ayer, las portavoces de ambos sindicatos en Cataluña, Montse Ros y Laura Pelay,
respectivamente, mostraron su preocupación por la división social en
Cataluña y que perciben dentro de sus organizaciones».
«Hubo bajas en
2017. Más de 500 personas a lo largo del año pasado. La mitad pensaba
que éramos cercanos al independentismo, y los demás que éramos
unionistas», dijo Ros, aunque añadió que pese a las bajas ha habido un
crecimiento neto de afiliados».
«Tenemos mucha más variabilidad (bajas y
altas) por las contrataciones temporales», subrayó. Pelay también
admitió bajas en UGT Cataluña. «En un momento en el que la sociedad está
polarizada, buscamos un mínimo común denominador y establecer puentes»
dentro de un sindicato plural.
Tampoco muchos votantes de la órbita que hoy representan los comunes
entienden la comprensión de la coalición que lidera Colau con algunas
protestas de los independentistas. Pero la alcaldesa no cambia de
postura y anunció ayer que acudirá a la manifestación para pedir la
libertad de los «presos políticos», informa Víctor Mondelo.
Busca tender una cortina de humo después de que el martes tuviera que
enterrar dos de sus principales proyectos al no recabar la mayoría
suficiente para sacarlos adelante en el pleno del Ayuntamiento. Obviando
que sólo el 33% de los barceloneses quiere que Cataluña sea un Estado
independiente según el último barómetro del Consistorio, la primera edil
de la capital catalana reclamó al PSC.
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