MADRID.- El crédito a promotores
fue, junto al hipotecario, el crédito estrella de la banca durante los
años del boom económico. Sus crecimientos interanuales llegaron a
sobrepasar el 30%. Pero la crisis financiera paralizó por completo esta
actividad, cuya cartera de créditos destinado a la actividad
inmobiliaria no ha hecho más que caer en picado desde entonces. Las
amortizaciones seguirán durante varios ejercicios siendo superiores a
las nuevas concesiones, explican los expertos. El crédito a actividades
inmobiliarias se convirtió así en una financiación que ningún banco
quería conceder, recuerda Cinco Días.
El cambio de ciclo económico con crecimientos positivos, ha vuelto a dar un giro a este crédito
y los bancos han decidido abrir nuevamente el grifo a la financiación.
“La competencia se ha vuelvo bastante dura, pero los niveles de
financiación no tienen nada que ver con los de los años previos a la
crisis”, explican desde una entidad financiera. De hecho, en 2017 se
financió unos 8.000 millones de euros en nuevo crédito, cifra muy lejana
a la de los años 2000 a 2007, según datos del sector, ya que el Banco
de España no da datos de crédito nuevo por sectores.
Estas mismas fuentes insiten “la
competencia, no obstante, ha vuelto a ser muy fuerte. En 2018 todos los
bancos han decidido entrar nuevamente en este segmento del negocio
olvidado durante varios años”.
El primero en volver a financiar la actividad promotora fue Bankinter, que ya en 2014
comenzó a hacer sus pinitos en esta actividad prácticamente en
solitario. En 2015, ya con el cambio de ciclo económico confirmado y
tras detectarse una demanda ya en las principales ciudades como Madrid,
Barcelona de familias de renta media alta, volvieron a recuperar esta
actividad CaixaBank y Banco Sabadell. Sus clientes eran en gran parte
fondos de inversión.
Sabadell
decidió entonces crear una unidad independiente inmobiliaria. Su
presupuesto para financiar esta actividad promotora se acercaba a los
800 millones de euros, cifra que pasó a ser de 1.300 millones un año
después y de más de 2.000 millones en 2017, tras abarcar también la
financiación en la zona de influencia de CAM, es decir, la Comunidad
Valenciana.
Para este año, ya llevan más de 580 millones
de euros formalizados en créditos a promotores hasta marzo, con lo que
la cifra de crédito para el presente ejercicio puede superar los 2.500
millones de euros.
Las cifras de Bankinter son más limitadas,
ya que no concede más de 20 millones de financiación a un proyecto,
explica un experto del sector inmobiliario. Mientras que CaixaBank
parece no tener problemas para financiar ladrillo, siempre controlando
el riesgo. Así, en 2017 firmó financiación por unos 2.300 millones de
euros, por lo que este año no sería extraño que se acercase a los 2.800
millones, añaden las mismas fuentes, aunque en la entidad son prudentes,
y aseguran que, de momento, el presupuesto que tienen para la
financiación de promotores es prácticamente la misma de 2017.
BBVA
volvió a entrar en este negocio en 2017. Sus principales zonas de
competencia son Alicante, Valencia y Baleares, explican fuentes
inmobiliarias.
Santander como Bankia
han esperado a este año para reiniciar sus préstamos a promotores.
Santander se ha incorporado a esta financiación en 2017, pero ha sido
este año donde “te lo puedes encontrar de forma muy activa en varias de
sus territoriales, y sin límite para financiar en esas zonas”, explica
un promotor.
En el caso de la entidad que preside José
Ignacio Goirigolzarri su vuelta a la financiación del ladrillo se
produce tras haber superado ya el lustro desde que Bruselas le concedió
ayudas públicas. El veto para conceder préstamos a promotores era uno de
los condicionantes impuestos por Europa tras sumar 22.424 millones de
euros de dinero público en su capital.
Ahora, sin embargo, ha decidido entrar de
nuevo y aspira a tener una cuota del 7% en tres años, según fija su plan
estratégico 2018-2020. Para ello, su objetivo es conceder financiación
por unos 450 millones anuales.
Otro de los actores que también han entrado, aunque su financiación es muy inferior a la de la gran banca es Abanca.
La entidad gallega, sin embargo, es una de las más agresivas en precio,
según coinciden varias fuentes, lo que se puede permitir, explica un
analista, por su escaso riesgo inmobiliario, ya que como el resto de la
banca nacionalizada durante la crisis financiera, traspasó sus activos
vinculados al ladrillo a la Sareb.
Kutxabank
también ha decidido, aunque todavía tímidamente, salir de su territorio
natural y “ya se le puede encontrar en otras regiones española
financiando. Aunque en su caso su estrategia pasa por comprar las
hipotecas de promociones con precios bajos”, explican fuentes
inmobiliarias. Ibercaja también comienza a entrar en este negocio, pero, al parecer solo financia las obras vinculadas a su balance.
Exposición. Goldman Sachs
calcula que la exposición inmobiliaria de Bankinter (créditos más
inmuebles) es del 3%, mientras que el caso de CaixaBank llega al 11%, y
BBVA España tiene el 13%. Bankia-BMN, tras pasar sus activos tóxicos a
Sareb tiene una exposición inmobiliaria muy baja, del 4%. En el caso de
Santander ronda el 10%.
Exigencias. El nivel de
preventas que reclaman las entidades financieras a las promociones antes
de concederles financiación se encuentra entre el 40% y el 50%.
Tipos de interés. La banca ofrece tipos de interés del 2,5% al 2,75%, aunque hay ofertas agresivas menores al 1,5%.
El crédito promotor sumaba en 2017, según el Banco de España, 109.998 millones, frente a los 298.989 millones de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario