MADRID.- En la Comunidad de Madrid hay un millón de personas en riesgo de exclusión social,
según revela el VIII Informe Foessa de Cáritas sobre exclusión y
desarrollo social en España y que ha expuesto el sociólogo y
responsable del documento, Guillermo Fernández Maíllo.
Así lo ha indicado Fernández Maíllo en la presentación del informe en
el Seminario Conciliar de Madrid, donde ha afirmado que la desigualdad
entre el 20 % de la población más rica y el 20 % de la población
más pobre de Madrid es la “más alta de toda España”, con un millón de personas en situación de exclusión social, y 490.000 de ellas en exclusión severa.
Sin embargo, Maíllo ha destacado que los datos del informe traen
“una buena noticia”, una reducción “importante” de la exclusión
social en Madrid, en concreto, de un 25 % entre 2013 y 2018, y que en la
región las tasas de exclusión son algo más reducidas que en el resto de
España.
Aunque ha detallado que esta reducción “oculta varios elementos”: por
un lado, que existe “una parte de la sociedad madrileña” que se está “enquistando” en una situación de precariedad, y que será el sector que sufra “rápidamente las consecuencias de la recesión económica”, en el momento en el que se produzca.
Otro elemento a tener en cuenta para Maíllo es que este grupo de
personas “suelen acumular más cantidad de problemas” porque no han
conseguido incorporarse a la “recuperación” tras la crisis económica.
Una situación que, según el sociólogo, se debe fundamentalmente a
los precios de la vivienda en Madrid, y al modelo de salida de la
crisis, que es “precario”, por lo que los empleos también son precarios.
“El modelo de salida de la crisis es extensivo creación de empleo,
pero empleo de mala calidad. Madrid es un lugar de oportunidades pero
también donde se acumula gran parte del empleo precario”, ha comentado.
También ha subrayado que existe un problema demográfico, ya que la población cada vez es más mayor, “las cortes de más edad acumulan más dificultades” y las pensiones acaban siendo insuficientes.
Ha explicado que las personas en situación de exclusión social “sienten cada vez más debilitados sus lazos con el conjunto de la sociedad“,
pero necesariamente “no se ven como personas excluidas”, ya que dentro
de la cifra de personas excluidas también entran las que tienen un
empleo precario, o “no tienen dinero suficiente para pagar sus gastos”.
“Cuando hablamos de exclusión pensamos cambien en una vecina mayor
que se ha roto la cadera, que sus hijos no están con ella ,no tiene
familia, no tiene quien le haga la compra, tiene que arreglar su casa
pero su pensión no le llega para hacerlo, por lo que se van empeorando
sus condiciones de vida y esto le va a afectando a la salud”, ha
detallado.
El responsable de el informe Foessa plantea que, tras estos “claros
diagnósticos”, la sociedad “tiene que empezar a habilitar conversaciones
cívicas para decidir a dónde quiere tirar” y plantearse derechos como
el de garantizar una renta a las personas que lo necesiten, o invertir
más en el mundo de los cuidados.
El informe, que fue presentado a la prensa en octubre, ha sido
elaborado por un equipo formado por 125 investigadores de 30
universidades y 13 organizaciones de acción e investigación, que han
realizado encuestas para determinar de qué forma reacción la Comunidad a
la crisis en un periodo de 5 años.
En el mismo se detalla que los factores de exclusión más
determinantes de la Comunidad de Madrid son, por este orden,
la vivienda, el empleo y la salud. Y destaca que 167.000 hogares se encuentran en situación de hacimiento,
43.000 en un entorno “muy degradado” y 315.000 se sitúan por debajo del
“umbral de la pobreza severa” una vez pagados los gastos de la
vivienda.
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