MADRID.- El ex ministro de Defensa durante el ultimo gobierno de Aznar, el cartagenero Federico Trillo, diputado a Cortes, además, por la circunscripción de Alicante, también pudo haber hecho un uso, presuntamente ilegal, del CNI en las provincias de Alicante y Murcia, según coinciden diversas fuentes de la clase política de centro-derecha en ambas regiones tras conocer su conducta con los familiares de las víctimas del "Yak-42", que fueron espiadas en sus legítimas actividades, extremo desvelado documentalmente hoy por el diario "El País".
Tras saberse en su día que el ex presidente del Congreso de los Diputados también utilizó en Marbella a su paisano Juan Antonio Roca (el "cerebro" que busca la Operación Malaya) para tener acceso a información sobre lo que allí acontecía de forma oculta, algunas fuentes del PP de Alicante y Murcia expresaron sus sospechas de que Trillo haya dedicado el CNI para seguir las actividades privadas de correligionarios como Zaplana o Valcárcel con la excusa de la corrupción política.
De hecho, durante meses, agentes del CNI infiltraron la administración autonómica murciana para tener de primera mano información confidencial de lo que allí sucedía. Tal es así, que cuando el abogado murciano, presidente de Unión Democrática de la Región de Murcia y candidato de Coalición Ciudadana Regional a las elecciones autonómicas de mañana domingo, Diego de Ramón, acudió al CNI por considerar que la corrupción rampante en la administración autonómica era una cuestión de defensa nacional, se le confirmó que "estaban informados de todo".
Hay quien piensa, desde las filas zaplanistas del PP, que Trillo no jugó nunca limpio con Zaplana y no descarta que lo tuviese sometido a vigilancia del CNI, "incluso cuando ocupó la cartera de Trabajo". En la pugna interna entre Camps y Zaplana, el diputado por Alicante se posicionó, primero en la ambigüedad pero más tarde actuó sin disimulo a favor de los campistas y sus intereses inconfesables en el sector del ladrillo de Valencia y Castellón así como en la sustitución de Zaplana en esos mismos intereses pero ya en Alicante.
También en Cartagena, el ex ministro pudo tener acceso a información reservada, que le allanaría el camino a gente próxima suya, como el diputado Andrés Ayala, en la construcción de una pirámide de intereses cuya máxima exponente visible a nivel local sería la alcaldesa, Pilar Barreiro, y que tendría que ver casi en exclusiva con negocios de suelo y ladrillo en la zona litoral de este término municipal del sur murciano.
De hecho, concejales del Grupo Popular municipal, muy próximos a la alcaldesa, han venido dando en los últimos cuatro años pequeños "pelotazos", mediante testasferros y empresas interpuestas constituidas "ad hoc", con la información privilegiada a la que tenían acceso. Tal es el caso del Palacio Riquelme, según la información documental bastante, que ha trascendido, y en la que aparece el concejal de Urbanismo, señor Guillén, considerado miembro del clan que trabaja para el señor Trillo, permutando terrenos en claro perjuicio municipal y en beneficio de mercantiles de nula o escasa actividad.
Tras saberse en su día que el ex presidente del Congreso de los Diputados también utilizó en Marbella a su paisano Juan Antonio Roca (el "cerebro" que busca la Operación Malaya) para tener acceso a información sobre lo que allí acontecía de forma oculta, algunas fuentes del PP de Alicante y Murcia expresaron sus sospechas de que Trillo haya dedicado el CNI para seguir las actividades privadas de correligionarios como Zaplana o Valcárcel con la excusa de la corrupción política.
De hecho, durante meses, agentes del CNI infiltraron la administración autonómica murciana para tener de primera mano información confidencial de lo que allí sucedía. Tal es así, que cuando el abogado murciano, presidente de Unión Democrática de la Región de Murcia y candidato de Coalición Ciudadana Regional a las elecciones autonómicas de mañana domingo, Diego de Ramón, acudió al CNI por considerar que la corrupción rampante en la administración autonómica era una cuestión de defensa nacional, se le confirmó que "estaban informados de todo".
Hay quien piensa, desde las filas zaplanistas del PP, que Trillo no jugó nunca limpio con Zaplana y no descarta que lo tuviese sometido a vigilancia del CNI, "incluso cuando ocupó la cartera de Trabajo". En la pugna interna entre Camps y Zaplana, el diputado por Alicante se posicionó, primero en la ambigüedad pero más tarde actuó sin disimulo a favor de los campistas y sus intereses inconfesables en el sector del ladrillo de Valencia y Castellón así como en la sustitución de Zaplana en esos mismos intereses pero ya en Alicante.
También en Cartagena, el ex ministro pudo tener acceso a información reservada, que le allanaría el camino a gente próxima suya, como el diputado Andrés Ayala, en la construcción de una pirámide de intereses cuya máxima exponente visible a nivel local sería la alcaldesa, Pilar Barreiro, y que tendría que ver casi en exclusiva con negocios de suelo y ladrillo en la zona litoral de este término municipal del sur murciano.
De hecho, concejales del Grupo Popular municipal, muy próximos a la alcaldesa, han venido dando en los últimos cuatro años pequeños "pelotazos", mediante testasferros y empresas interpuestas constituidas "ad hoc", con la información privilegiada a la que tenían acceso. Tal es el caso del Palacio Riquelme, según la información documental bastante, que ha trascendido, y en la que aparece el concejal de Urbanismo, señor Guillén, considerado miembro del clan que trabaja para el señor Trillo, permutando terrenos en claro perjuicio municipal y en beneficio de mercantiles de nula o escasa actividad.
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