jueves, 14 de noviembre de 2019

Tres socios se van del distribuidor alicantino de 'Cepsa' por desavenencias familiares con el nuevo presidente


ALICANTE.- El histórico expresidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Román Bono Guardiola, que antecedió al fallecido Vicente Sala en el cargo, seguirá como presidente de la empresa familiar, Hijos de Román Bono Guarner SA (HRBG Energy Logistics), según revela hoy Alicante Plaza.

El Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de Alicante publica este miércoles la reelección para el cargo de Bono Guardiola, perteneciente a la tercera generación familiar de una empresa que opera en la provincia de Alicante desde los años 60.
La firma de los Bono Guarner, dedicada al transporte de combustibles y asfaltos por carretera, es la concesionaria para la distribución de productos de Cepsa en varias provincias, aunque también trabaja para Saras (en la distribución de combustibles) y tiene vigentes contratos con Disa Península y Petroli
Román Bono asumió el cargo de presidente del consejo hace dos años, cuando lo abandonó su hermana María Rosario Bono Guardiola, pero hasta ese momento ejercía como consejero delegado de la sociedad (función que mantiene).
Quien parece que no va a seguir en la empresa es la rama de la familia de la expresidenta, que poseía el 37,5% de las acciones de la mercantil, según el Registro: tres socios de HRBG han ejercido el derecho de separación por falta de distribución de dividendos, contemplado en el artículo 348 bis de la Ley de Sociedades de Capital. 
Los socios que solicitaron el ejercicio de este derecho son Inmobiliaria Tabarca (controlada por la expresidenta, hermana de Román Bono y dueña del 37,5%) y dos personas físicas de esta rama familiar que tenían su propia participación. Para ejercerlo, solicitaron la intermediación de un experto independiente nombrado por el Registro Mercantil. 
En todo caso, el pasado mayo aún no se había formalizado la compra de las acciones de estos socios, puesto que forzaron la inclusión de un punto extra en la junta de accionistas, tal como contó este diario: el de dar explicaciones por el cierre de cuatro de las seis cooperativas de transportistas con las que venía trabajando la empresa, y que se produjo tras una sentencia del Supremo en 2018 sobre las cooperativas de trabajo asociado (como las proveedoras de HRBG) en las que establecía las condiciones en que estas asociaciones eran falsas cooperativas.

Crecimiento del 23% en 2018 y pérdidas

Esa junta aprobó también las cuentas del pasado ejercicio, en el que la empresa de los Bono Guarner elevó su facturación un 23% hasta los 12,8 millones de euros, pero sin embargo entró en pérdidas (de 540.000 euros) fruto del aumento del precio del petróleo y la rigidez de las tarifas de Cepsa con las que opera. 
La memoria de las cuentas también aduce como explicación del resultado negativo la participación de la firma en el plan de contingencia de Cepsa en la zona de Cataluña, que llevó a firmas concesionarias en otras zonas de España a asumir determinadas rutas, con el consiguiente incremento en los costes de explotación.
Así, por segmentos de actividad, el reparto de combustible al por mayor ofreció beneficios, así como el asfalto con gestión propia, según la memoria. En cambio, la empresa perdió dinero en el reparto de combustible de Cepsa a particulares, en la distribución de fuel marino y en la actividad del asfalto realizada por colaboradores. 
La revisión de tarifas que iba a acometerse en junio de este año y la decisión de la empresa de asumir directamente una mayor carga de trabajo, en lugar de subcontratarlo, deberían devolver a HRBG a la senda del beneficio en el ejercicio en curso, según la memoria.

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