MADRID.- El socialista Ximo Puig adelantó en 2019 las autonómicas un mes para que coincidieran con las generales con la firme convicción de que la movilización del voto por la campaña nacional de Pedro Sánchez sería aún mayor. Ahora, mientras que Andalucía parece estar avocado a un posible adelanto electoral, se genera la duda si el dirigente valenciano volverá a usar esta táctica en vez de esperar a abril de 2023, cuando tocaría celebrar comicios. Si en esa ocasión, Puig consiguió 27 escaños con el 24,2% de los apoyos, ahora rebajaría una décima la intención de voto y obtendría entre 26 a 27 escaños.
Según la última encuesta de NC Reporta para 'La Razón', el PP registraría una subida de hasta 12 asientos al pasar de 19 a 30-31 con una estimación de voto de casi el 30%. Así, el adelanto electoral beneficiaría a los populares, que previsiblemente recuperarían el poder al quedarse a poco más de 20 escaños de la mayoría.
Vox pasaría a ser tercera fuerza política sorpasando a Compromís y a Ciudadanos al subir entre cinco y seis diputados y quedarse con casi el 16% de los votos y hasta 16 parlamentarios. Los de Arrimadas pasarían del 17,7% y 18 asientos al 5,2% de los votos y 4 escaños.
Por ello, con un posible apoyo de Vox y de Ciudadanos, el candidato popular Carlos Manzón podría superar el 50% de los votos emitidos y, con ello, la mayoría necesaria para conseguir el sí y arrebatarle la Generalitat a Puig.
Entre las fuerzas de izquierda, el PSOE se mantiene con el mismo peso que en las elecciones de 2019, sin apenas varias los escaños obtenidos o el porcentaje de voto esperado. Sin embargo, el pacto del Botánico registra un ligero retroceso que le colocaría al filo de la mayoría absoluta con un 46,3% y le haría perder la Generalitat.
Compromís se mantendría en un 15% de los apoyos, con
entre 16 y 17 escaños, hasta dos menos que los que obtuvo en 2019,
mientras que Unidas Podemos perdería un representante y se quedaría en
siete asientos y un 7,2% en la intención de voto.
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