ELDA.- El centro tecnológico del calzado, INESCOP, se ha marcado como objetivo realizar un diagnóstico de la situación ambiental en la que se encuentran las empresas del Calzado y sus componentes para identificar innovaciones tecnológicas que contribuyan al desarrollo sostenible de la industria y avanzar en el 'ecodiseño'.
Para ello, trabaja en 'Sustainable By Design I', un proyecto financiado por el IVACE y fondos Feder, que le está llevando a visitar a las empresas del sector en la Comunitat Valenciana -de toda la cadena de valor: de componentes, materiales y fabricantes de Calzado- para conocer su situación a la hora de afrontar el reto de la sostenibilidad y, a su vez a desarrollar una herramienta de 'autodiagnóstico' para que cada una pueda hacer su propio análisis.
Esta herramienta permite revisar aspectos 'clave' como su sistema de gestión medioambiental y de residuos, sus fuentes de energía (si usan renovables o autoconsumo), la eficiencia de los procesos productivos o los materiales de fabricación que se utilizan, y a partir de ahí, "identifica y propone soluciones tecnológicas de mejora", ha explicado la coordinadora de I+D de Inescop, Francisca Arán.
Desde este centro de investigación, integrado en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), se busca así facilitar a las empresas valencianas puedan empezar a basar el diseño de sus productos de calzado en el 'ecodiseño'.
Se trata de "tener en cuenta ya en el proceso de diseño el impacto de nuestro producto y en base a eso, seleccionar materiales de bajo impacto, procesos más eficientes, e incluso tratar de orientarlo a lo circular, teniendo en cuenta el fin de vida del producto", de manera que sea reciclable o se pueda revalorizar, ha apuntado Arán.
Con este proyecto, que empezó el pasado 1 de enero y finalizará en marzo de 2022, Inescop acompaña a las empresas en este camino, dado que Europa ha marcado el reto de ser neutros en emisiones para 2050 y "o eres sostenible o no eres, ese es el futuro", ha advertido la investigadora, quien ha señalado que "quizá hay empresas más pequeñas que todavía no se han planteado estas cuestiones y están más en el día a día y en la supervivencia".
Según Arán, aquellas que quieran hacer un calzado reciclable se tendrá que prestar especial atención a la forma de construir el zapato, "de forma que se puedan separar fácilmente los componentes en el momento del reciclado o tratar de minimizar la gran cantidad de materiales que se usan".
Precisamente uno de los puntos de mayor impacto en el calzado son los materiales, un ámbito en el que Inescop trabaja a través del proyecto 'Greenmatshoe', también financiado por Ivace, para desarrollar materiales más sostenibles. En un momento en que además "hay escasez de materiales", ha apuntado Francisca Arán, "es necesario un uso más eficiente de los que ya tenemos".
Así, el proyecto se centra en la "revalorización de residuos de biomasa, de la industria agroalimentaria y de jardines, que no son aptos ni para alimentación humana ni animal y que al final acaban en vertedero o van a incineración".
La coordinadora de I+D de Inescop ha explicado que esos residuos sin ricos en fibras y compuestos activos que pueden dar lugar a nuevos materiales para el zapato, en concreto para el empeine. Asimismo, se pueden extraer otros compuestos para la síntesis de biopolímeros, bioplásticos, para la fabricación de adhesivos, recubrimientos o suelas.
De este modo, se pretende también de "disminuir la cantidad de materiales que actualmente proceden del petróleo y sustituir esa fuente de recursos de naturaleza fósil por otras fuentes más renovables", ha indicado Arán.
Y para que las empresas puedan comunicar y certificar su sostenibilidad, con el proyecto 'Promatshoe' trabaja en nuevos protocolos de análisis químico que permiten estimar los contenidos de producto reciclado que conforman tanto los materiales como el calzado acabado, de cara a un etiquetado adecuado.
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