Las televisiones y los medios de comunicación han empezado el bombardeo sobre una opinión pública, con falsos motivos como frenar la transmisión, cuando el padre del genocidio, Bill Gates ha tenido que reconocer que las timo vacunas “no frenan la transmisión”, sino que la aceleran pues los pinchazos no hacen otra cosa que inyectar la proteína Spike, que por el torrente sanguíneo se va hacia todos los órganos vitales, especialmente hacia los testículos y los ovarios y al corazón, produciendo el efecto de lo que hemos dado en llamar repetinitis, personas que de repente se derrumban, con un infarto letal.
“Nuestros adolescentes y jóvenes tendrán graves problemas de fertilidad”, sentencia la catedrática María José Martínez Albarracín.
“Con respecto -dice la Dra. Albarracín- al balance riesgo/beneficio conocido, el equilibrio se desplaza de manera contundente hacia el riesgo, ya que la mortalidad por covid en niños y adolescentes es despreciable, cercana a cero y los riesgos de morir por la vacuna son, al menos 50 veces mayores que los de morir por covid.
“La principal causa de morbimortalidad a corto plazo en los niños vacunados son las miocarditis, especialmente en varones. Los datos oficiales hablan de que la tasa de incidencia de esta enfermedad es aproximadamente de 10 casos por millón y los promotores de vacunas aprovechan para decir que es la misma en las vacunas covid, pero olvidan que esa tasa, en condiciones normales, se refiere a todo un año en el mundo, mientras que si vacunamos a varios millones de niños en pocos meses se multiplicarán los casos de manera alarmante.
Según los estudios publicados sobre esta enfermedad, solo se recupera un tercio de los niños que la contraen, otro tercio fallecen y el tercio restante desarrolla una miocardiopatía dilatada crónica que puede terminar en la muerte o en trasplante de corazón, con todos los sufrimientos y limitaciones que un trasplante supone para la vida del niño”.
La aprobación de la EMA de la vacunación en ese grupo de edad va de suyo dada la sumisión y dependencia de ese organismo corrupto de las multinacionales farmacéuticas. Se trata de aniquilarnos como sociedad, de acabar con nuestro futuro. Los ensayos de Pfizer fueron una chapuza y representaron un rotundo fracaso, con el 83% de efectos adversos, entre suicidios y muertes, y con casos tan flagrantes como el de Maddie de Garay, la niña de quería ser enfermera, de padres médicos, que se prestó al experimento y de ser una niña sana ha quedado paralítica y autista.
No hay ninguna duda de que estamos ante un genocidio, que por ser ejercido sobre los niños implica un especial de sadismo entre los psicópatas de nuestros dirigentes que colaboran en él. No existe ninguna posibilidad que resulte bien, no es el experimento de una terapia génica, que puede resultar bien o mal, sino un genocidio planificado que va a tener gravísimas consecuencias para los niños cuyos padres presten a sus vástagos a él.
Es difícil pensar en una conducta más aberrante y criminal por parte de los dirigentes corruptos y traidores y de los padres despreocupados, perezosos para entender el tremendo sacrificio que se va a hacer con sus hijos, Es un planteamiento satánico.
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