«Con su alegría y actitud positiva ante la vida, disfrutó hasta el último momento, siempre con su inseparable marido, Alejandro Sánchez Menéndez, a su lado», añadían.
Flor García llevaba 25 años trabajando como letrada en la Tesorería General de la Seguridad Social, tras licenciarse en Derecho en la Universidad de Navarra.
Compatibilizó su profesionalidad en dicha institución con un gusto por la vida que irradiaba a todo su entorno; en especial a su marido; sus hijos Álvaro y Patricia; sus padres José Ramón y María Flor; su hermana Susana y su cuñado Juan.
También a sus amigos, que la describen a su vez como «alegre, vital, guapetona, lista y generosa». Le encantaba viajar, leer, caminar y estar y disfrutar de sidras, fiestas, romerías…». Así era Flor y así será recordada.
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