ALICANTE.- La Escuela Politécnica Superior (EPS) de la Universidad de Alicante (UA)
ha adquirido recientemente un exoesqueleto, tecnología con un "gran
potencial" en la industria robótica actual, con el objetivo de mejorar
la formación de futuros ingenieros robóticos y biomédicos y
proporcionarles "instrumentos docentes adecuados y de última generación
para el estudio de la robótica de rehabilitación".
Los exoesqueletos robóticos tienen una "gran utilidad" en el campo clínico como elementos de asistencia y de rehabilitación del movimiento, así como en el campo profesional para ayudar a levantar grandes pesos o para trabajos arduos que requieran posiciones incómodas sostenidas en el tiempo, según ha indicado la institución académica en un comunicado.
El profesor del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, Andrés Úbeda, ha apuntado que la industria de los exoesqueletos ha experimentado "un gran auge" en los últimos años y ha resaltado que es "un elemento clave en la formación de futuros ingenieros robóticos y biomédicos".
En concreto, más de 150 estudiantes de los grados de Ingeniería Robótica y de Ingeniería Biomédica y de los másteres en Ingeniería Biomédica y en Automática y Robótica de la UA trabajarán con el exoesqueleto durante este curso académico para contribuir a su futuro científico y educativo.
En este sentido, la Escuela Politécnica Superior de la UA, junto al Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, ha dado un "paso significativo" en la innovación y docencia en biotecnología y robótica con la adquisición del exoesqueleto BELK.
"El alumnado formado en esta materia tendrá la capacidad de incorporarse a empresas del sector y también emprender sus propios proyectos ya que, al ser un campo en crecimiento, las posibilidades de desarrollo de nuevos dispositivos que se ajusten a las nuevas necesidades del mercado son altas", ha subrayado el profesor de la UA.
Además, ha añadido que podrán aportar sus conocimientos en el campo de la investigación relacionada con el uso y aplicación exoesqueletos, con el objetivo de mejorar los procesos de rehabilitación actuales y limitar los efectos negativos de enfermedades del sistema neuromuscular.
La aplicación de exoesqueletos al ámbito clínico está principalmente indicada para pacientes que han sufrido un ictus o una lesión medular. Según datos de la asociación médica World Stroke Organization, se estima que anualmente unos 12,2 millones de personas sufren un ictus y el número total de supervivientes es de aproximadamente 101 millones a nivel mundial.
Los exoesqueletos robóticos tienen una "gran utilidad" en el campo clínico como elementos de asistencia y de rehabilitación del movimiento, así como en el campo profesional para ayudar a levantar grandes pesos o para trabajos arduos que requieran posiciones incómodas sostenidas en el tiempo, según ha indicado la institución académica en un comunicado.
El profesor del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, Andrés Úbeda, ha apuntado que la industria de los exoesqueletos ha experimentado "un gran auge" en los últimos años y ha resaltado que es "un elemento clave en la formación de futuros ingenieros robóticos y biomédicos".
En concreto, más de 150 estudiantes de los grados de Ingeniería Robótica y de Ingeniería Biomédica y de los másteres en Ingeniería Biomédica y en Automática y Robótica de la UA trabajarán con el exoesqueleto durante este curso académico para contribuir a su futuro científico y educativo.
En este sentido, la Escuela Politécnica Superior de la UA, junto al Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, ha dado un "paso significativo" en la innovación y docencia en biotecnología y robótica con la adquisición del exoesqueleto BELK.
"El alumnado formado en esta materia tendrá la capacidad de incorporarse a empresas del sector y también emprender sus propios proyectos ya que, al ser un campo en crecimiento, las posibilidades de desarrollo de nuevos dispositivos que se ajusten a las nuevas necesidades del mercado son altas", ha subrayado el profesor de la UA.
Además, ha añadido que podrán aportar sus conocimientos en el campo de la investigación relacionada con el uso y aplicación exoesqueletos, con el objetivo de mejorar los procesos de rehabilitación actuales y limitar los efectos negativos de enfermedades del sistema neuromuscular.
La aplicación de exoesqueletos al ámbito clínico está principalmente indicada para pacientes que han sufrido un ictus o una lesión medular. Según datos de la asociación médica World Stroke Organization, se estima que anualmente unos 12,2 millones de personas sufren un ictus y el número total de supervivientes es de aproximadamente 101 millones a nivel mundial.
En el caso de personas con lesión medular, las cifras
ascienden a 250.000 y 500.000 personas anuales, según datos de la
Organización Mundial de la Salud.
"Estas son las dos
patologías con mayor prevalencia, aunque cualquier enfermedad o lesión
que requiera de asistencia puede permitir el uso de exoesqueletos si se
cumplen las condiciones", ha recalcado Úbeda.
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