Así lo ha manifestado durante su intervención en la sesión plenaria de Les Corts en la que se ha debatido acerca de las consecuencias para la Comunitat Valenciana de los acuerdos de investidura y gobernabilidad de España.
En este sentido, el jefe del Consell ha defendido la puesta en marcha de una estrategia común de todos los parlamentarios de la Comunitat para condicionar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado a la reforma del modelo de financiación autonómica, inversiones para la Comunitat Valenciana acordes a su peso territorial y poblacional, y un calendario “creíble” de pago de la deuda en materia de dependencia y del gasto sanitario de los desplazados.
A este respecto, ha ofrecido al resto de grupos parlamentarios trabajar conjuntamente las enmiendas que se deban presentar a los Presupuestos Generales del Estado para conseguir los objetivos mencionados.
En el transcurso de su intervención, Mazón ha avanzado que iniciará de forma “inmediata” una ronda de contactos para la renovación de los órganos estatutarios, y ha instado a los grupos parlamentarios a participar en la Mesa del Agua, así como a alcanzar una postura común en materia de derecho civil valenciano.
El president ha solicitado al partido socialista que remita sus propuestas de pacto anunciadas por Ximo Puig durante el debate de investidura valenciano, a las que Mazón también sumó acuerdos en materia de financiación y agua. En este sentido, ha reiterado la necesidad de “analizar y avanzar en ese camino en una ronda de diálogo” para establecer en una “estrategia común de todos los parlamentarios de la Comunitat”.
Durante su intervención, el president ha denunciado que el acuerdo de investidura “socava las bases de los principios constitucionales” y ha lamentado que no haya sido “discutido o expuesto a la luz del día” sino que ha sido suscrito “con alevosía y nocturnidad en un hotel de Bruselas”.
Asimismo, ha asegurado que el acuerdo constituye “un muro que hay que derribar”, puesto que instaura una serie de “tratamientos singulares” como la financiación para Cataluña, el traspaso integral de cercanías, la financiación de los Mossos, nuevos órganos judiciales, servicios penitenciarios, investigación y desarrollo o becas y ayudas al estudio, o el parque inmobiliario del Estado al servicio de la Generalitat catalana.
En su intervención, Mazón ha reivindicado la cesión gratuita de los edificios patrimonio del Estado en la Comunitat Valenciana “para que formen parte del patrimonio público de todos los valencianos”.
Del mismo modo, ha insistido en que exigirá “sin descanso” la cesión de la Dama de Elche o la vuelta a Orihuela del Llibre dels Repartiments, “que forma parte de la historia, la cultura y el patrimonio de todos los valencianos”.
En el transcurso del debate, el jefe del Consell ha instado al resto de grupos parlamentarios a explicar su posición ante los acuerdos de investidura, y a defender los intereses valencianos, y ha manifestado su negativa a “recoger las migajas de lo que otros han conseguido a través del chantaje”
En este sentido, ha defendido que cualquier materia que afecte a la Comunitat Valenciana sea debatido en Les Corts y no se tenga que “enviar un recado al hermano mayor, para qué en Ginebra, condicionen el agua que llega al Vinalopó, las plantas fotovoltaicas que se autorizan, o los tramos del Corredor que se aceleran”.
Carlos Mazón ha señalado que la política de costas, la resolución del déficit hídrico, la ampliación del Puerto de Valencia, la política de vivienda, “cualquier clase de decisión, por menor que sea, será una política que deciden otros, y que nosotros pasaremos por ser los espectadores de esa dinámica de despojo del Estado”.
Y ha calificado de “inconcebible” que lo que afecta a las políticas de Estado, a las políticas de Sanidad, al reparto de las inversiones, a la capacidad que tengan las comunidades autónomas para hacer política, “vaya a ser autorizado en un proceso de verificación en el extranjero, en secreto, con un mediador extranjero”.
Durante su intervención, el president ha condenado nuevamente la violencia en las manifestaciones en contra de los acuerdos de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y ha asegurado que “no me gustan las protestas ante las sedes de los partidos políticos”, al tiempo que ha manifestado que algunos “estamos graduados en sufrir el escrache”.
El president ha reiterado su propósito de apoyar las manifestaciones “a plena luz del día, sin pasamontañas, con el rostro visible y la limpieza en las actitudes” pero también ha criticado la “superioridad moral” y la “supuesta indignación” de quienes han utilizado “el malestar de la calle para perseguir, señalar y violentar a personas y sedes en otras etapas”.
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