El sector muestra su preocupación por la paralización de los proyectos, la nueva legislación y la ralentización de las ventas
La política de la Conselleria de Territorio y Vivienda de frenar la aprobación de grandes planes urbanísticos ha desatado la alarma entre los promotores y los constructores. El sector advierte de que si continúa el freno a los proyectos la economía valenciana sufrirá las consecuencias, ya que la construcción supone el 12,2% del PIB autonómico.
Crearemos el urbanismo de ladrillos verdes y una política sandía: verde por fuera y roja, como el corazón, por dentro.’’ Estas fueron las primeras palabras de González Pons como responsable de Territorio y Vivienda. El nuevo conseller aseguró que seguiría la política de su predecesor, Rafael Blasco, pero los hechos han sido bien diferentes.
J. SANCHIS/VALENCIA
La llegada de Esteban González Pons a Territorio el pasado mes de mayo supuso un cambio notable en la política urbanística del Consell. Frente a unos primeros tres años de la legislatura marcados por una expansión de urbanismo con la aprobación de numerosos planes parciales en toda la Comunitat Valenciana, el nuevo conseller ha dado un giro radical.
Esta nueva política se ha caracterizado porque González Pons, frente a su predecesor, se ha dedicado a fomentar el área medioambiental (la “política sandía”) de su departamento, como la propuesta de creación de un nuevo parque natural junto al cauce del río Turia o el reciente anuncio de promocionar un biocombustible a partir de los desechos de la naranja. En cambio, ha dejado las cuestiones urbanísticas en un segundo plano en una estrategia que parece dirigida a frenar la oleada de críticas que había sufrido la política de su predecesor.
Una de las consecuencias fue que hasta el mes de noviembre, aprovechando el parón estival, se redujo el ritmo de aprobación de planes y las reuniones de las comisiones territoriales de urbanismo.
En ese periodo tan sólo se aprobó el plan de Porchinos en Ribarroja, un proyecto emblemático al contemplar la construcción de la ciudad deportiva del Valencia C.F. Desde noviembre, las comisiones territoriales han vuelto a ponerse en marcha, aunque a un ritmo mucho menor y se limitan a dar luz verde a las actuaciones en suelo programado en los Planes Generales , mientras que los Planes de Actuación Integrada (PAI), sobre terreno no urbanizable que debe ser reclasificado, están a la espera.
Los promotores reconocen en privado que desde noviembre se están aprobando “muy pocos planes en Alicante y Valencia y algo más en Castellón”. El presidente de la Federación de Empresarios Valencianos de la Construcción (Fevec), Eloy Durá, reconoció el parón que ha sufrido la aprobación de planes urbanísticos en los últimos meses.
La preocupación del sector se ha intensificado ante algunas de las propuestas lanzadas por el conseller, como la de repartir las plusvalías obtenidas con la venta de suelo entre los propietarios de los últimos 25 años, medida que algunos promotores calificaron de inaplicables.
Esta política no fue, en un principio, bien acogida por los promotores y constructores que vieron con reticencia la nueva línea marcada por González Pons. Una actitud que se ha suavizado durante los últimos meses tras varios gestos del Consell, pero que aún continúa.
El gerente de la Asociación de Provincial de Promotores Inmobiliarios y Agentes Urbanizadores de la Comunitat Valenciana, Benjamín Muñoz, prefirió no pronunciarse, ya que esta agrupación no quiere interferir en el proceso electoral.
De todas formas, algunos promotores explicaron que no había “malestar” en el sector, aunque sí “diferencias de criterio, normales entre una Administración y unos empresarios”. Pero se mostraron seguros de que habría un cambio tras las elecciones.
Una teoría no compartida por otros empresarios que mostraron su malestar por la situación que están atravesando. “¿Qué pasaría si a la Ford le cortaran la materia prima hasta las elecciones? No es justo que paren el sector para ganar unos votos”, aseguraron. “Nosotros creamos más empleo y riqueza y esto no puede continuar así”, resaltaron.
En la misma línea, añadieron que muchos promotores “están pendientes de créditos y de aprobación de proyectos por lo que nadie se atreve a hablar en voz alta, pero como esto siga así muchas empresas van a cerrar”.
Las mismas fuentes recalcaron que muchos empresarios tienen millones de euros invertidos en futuras promociones que están pendientes de la aprobación de la Conselleria en Valencia, Castellón y Alicante “y están con las manos atadas.
En Castellón está pendiente de aprobación el proyecto de Mundo Ilusión, que afecta a 18,5 millones de metros cuadrados. Una iniciativa que ha sido publicitada en toda España.
En Alicante hay grandes proyectos pendientes como el plan Rabasa, con más de 15.000 viviendas, o campos de golf en Elda o Villena (ambos Ayuntamientos socialistas). El Manhattan de Cullera es otro de los grandes PAI que esperan la aprobación de Territorio.
Nueva legislación
La inquietud también se ha visto agudizada también durante estos últimos meses por la entrada en vigor de una nueva legislación que complica aún más la aprobación de los planes.
En febrero de 2006 comenzó la aplicación de la Ley Urbanística Valenciana (LUV). En agosto entró en vigor el Reglamento del Paisaje que desarrolla parte de la Ley de Ordenación y Protección del Paisaje en la que se establecen las normas que deben cumplir las actuaciones urbanísticas para no dañar el entorno.
La Ley del Golf, aprobada en noviembre, también ha cambiado el marco legal al prohibir que junto a los campos se puedan construir urbanizaciones. En definitiva, con las reformas legislativas la aprobación de un PAI supone la aplicación de 1.059 artículos con la complejidad técnica y jurídica que todo ello conlleva.
Toda esta nueva normativa ha impresionado a los promotores. Uno de los más importantes en la Comunitat resumía la situación con una lacónica frase: “Así no hay quien apruebe nada”.
Nuevo ciclo
La inquietud es evidente. Promotores y constructores señalan la llegada de un nuevo ciclo que se caracterizará por una ralentización del incremento de los precios de la vivienda. Otro de los efectos de este cambio de ciclo, según los promotores, es que la edificación se reducirá a la mitad, de las 800.000 actuales, hasta alcanzar lo que consideran demanda estructural.
Eloy Durá señaló que “antes con sólo poner el cartel vendías el 30% de las viviendas, ahora las vendemos pero cuesta mucho más”. El presidente de Fevec mostró la incertidumbre en la que se encuentra el sector ante el conseller el pasado jueves durante la entrega de sus premios anuales. Durá reconoció la existencia de un cambio de ciclo y pidió en voz alta lo que muchos empresarios sostienen en privado: la necesidad de liberar más suelo.
Durante los últimos años la construcción ha pasado a suponer el 12,2% del PIB de la Comunitat y ocupa a más de 270.000 personas frente a las 125.000 de hace diez años (un 116% más).
Los constructores sostienen que como prosiga esta situación muchas empresas se verán abocadas al cierre con las consecuencias que puede tener para la economía valenciana.
El gerente de la Asociación de Promotores, Benjamín Muñoz, recordó que han organizado unas jornadas para estudiar hacia dónde se dirigirá el sector en los próximos años. Estas jornadas reunirán a economistas, demógrafos, antropólogos y analistas que determinarán las tendencias poblacionales y macroeconómicas y su incidencia.
Destacó que el sector “está un poco expectante” y reivindicó el papel que ha jugado la construcción en el crecimiento económico de los últimos años. Muñoz, que resaltó las buenas relaciones con el conseller, afirmó que creían que se les iba a reconocer el esfuerzo, “pero ahora dicen que las empresas del ladrillo son un sumidero de inversiones, a lo mejor ha llegado el momento de recapacitar y levantar el pie del acelerador”. “Si estamos sobredimensionando la oferta habrá que atemperarla”, recalcó el gerente de los promotores.
El pasado jueves, en el acto de entrega de los premios de Fevec, el conseller de Territorio, pese a no estar previsto que interviniera, aprovechó las peticiones que le lanzó el presidente de esta asociación para tratar de tranquilizar al sector. Se comprometió ante ellos a definir qué suelo podría ser urbanizado en el futuro y cuál no para evitar la incertidumbre. Aunque también pidió a los empresarios un esfuerzo en la mejora de la calidad.
www.lasprovincias.es
Crearemos el urbanismo de ladrillos verdes y una política sandía: verde por fuera y roja, como el corazón, por dentro.’’ Estas fueron las primeras palabras de González Pons como responsable de Territorio y Vivienda. El nuevo conseller aseguró que seguiría la política de su predecesor, Rafael Blasco, pero los hechos han sido bien diferentes.
J. SANCHIS/VALENCIA
La llegada de Esteban González Pons a Territorio el pasado mes de mayo supuso un cambio notable en la política urbanística del Consell. Frente a unos primeros tres años de la legislatura marcados por una expansión de urbanismo con la aprobación de numerosos planes parciales en toda la Comunitat Valenciana, el nuevo conseller ha dado un giro radical.
Esta nueva política se ha caracterizado porque González Pons, frente a su predecesor, se ha dedicado a fomentar el área medioambiental (la “política sandía”) de su departamento, como la propuesta de creación de un nuevo parque natural junto al cauce del río Turia o el reciente anuncio de promocionar un biocombustible a partir de los desechos de la naranja. En cambio, ha dejado las cuestiones urbanísticas en un segundo plano en una estrategia que parece dirigida a frenar la oleada de críticas que había sufrido la política de su predecesor.
Una de las consecuencias fue que hasta el mes de noviembre, aprovechando el parón estival, se redujo el ritmo de aprobación de planes y las reuniones de las comisiones territoriales de urbanismo.
En ese periodo tan sólo se aprobó el plan de Porchinos en Ribarroja, un proyecto emblemático al contemplar la construcción de la ciudad deportiva del Valencia C.F. Desde noviembre, las comisiones territoriales han vuelto a ponerse en marcha, aunque a un ritmo mucho menor y se limitan a dar luz verde a las actuaciones en suelo programado en los Planes Generales , mientras que los Planes de Actuación Integrada (PAI), sobre terreno no urbanizable que debe ser reclasificado, están a la espera.
Los promotores reconocen en privado que desde noviembre se están aprobando “muy pocos planes en Alicante y Valencia y algo más en Castellón”. El presidente de la Federación de Empresarios Valencianos de la Construcción (Fevec), Eloy Durá, reconoció el parón que ha sufrido la aprobación de planes urbanísticos en los últimos meses.
La preocupación del sector se ha intensificado ante algunas de las propuestas lanzadas por el conseller, como la de repartir las plusvalías obtenidas con la venta de suelo entre los propietarios de los últimos 25 años, medida que algunos promotores calificaron de inaplicables.
Esta política no fue, en un principio, bien acogida por los promotores y constructores que vieron con reticencia la nueva línea marcada por González Pons. Una actitud que se ha suavizado durante los últimos meses tras varios gestos del Consell, pero que aún continúa.
El gerente de la Asociación de Provincial de Promotores Inmobiliarios y Agentes Urbanizadores de la Comunitat Valenciana, Benjamín Muñoz, prefirió no pronunciarse, ya que esta agrupación no quiere interferir en el proceso electoral.
De todas formas, algunos promotores explicaron que no había “malestar” en el sector, aunque sí “diferencias de criterio, normales entre una Administración y unos empresarios”. Pero se mostraron seguros de que habría un cambio tras las elecciones.
Una teoría no compartida por otros empresarios que mostraron su malestar por la situación que están atravesando. “¿Qué pasaría si a la Ford le cortaran la materia prima hasta las elecciones? No es justo que paren el sector para ganar unos votos”, aseguraron. “Nosotros creamos más empleo y riqueza y esto no puede continuar así”, resaltaron.
En la misma línea, añadieron que muchos promotores “están pendientes de créditos y de aprobación de proyectos por lo que nadie se atreve a hablar en voz alta, pero como esto siga así muchas empresas van a cerrar”.
Las mismas fuentes recalcaron que muchos empresarios tienen millones de euros invertidos en futuras promociones que están pendientes de la aprobación de la Conselleria en Valencia, Castellón y Alicante “y están con las manos atadas.
En Castellón está pendiente de aprobación el proyecto de Mundo Ilusión, que afecta a 18,5 millones de metros cuadrados. Una iniciativa que ha sido publicitada en toda España.
En Alicante hay grandes proyectos pendientes como el plan Rabasa, con más de 15.000 viviendas, o campos de golf en Elda o Villena (ambos Ayuntamientos socialistas). El Manhattan de Cullera es otro de los grandes PAI que esperan la aprobación de Territorio.
Nueva legislación
La inquietud también se ha visto agudizada también durante estos últimos meses por la entrada en vigor de una nueva legislación que complica aún más la aprobación de los planes.
En febrero de 2006 comenzó la aplicación de la Ley Urbanística Valenciana (LUV). En agosto entró en vigor el Reglamento del Paisaje que desarrolla parte de la Ley de Ordenación y Protección del Paisaje en la que se establecen las normas que deben cumplir las actuaciones urbanísticas para no dañar el entorno.
La Ley del Golf, aprobada en noviembre, también ha cambiado el marco legal al prohibir que junto a los campos se puedan construir urbanizaciones. En definitiva, con las reformas legislativas la aprobación de un PAI supone la aplicación de 1.059 artículos con la complejidad técnica y jurídica que todo ello conlleva.
Toda esta nueva normativa ha impresionado a los promotores. Uno de los más importantes en la Comunitat resumía la situación con una lacónica frase: “Así no hay quien apruebe nada”.
Nuevo ciclo
La inquietud es evidente. Promotores y constructores señalan la llegada de un nuevo ciclo que se caracterizará por una ralentización del incremento de los precios de la vivienda. Otro de los efectos de este cambio de ciclo, según los promotores, es que la edificación se reducirá a la mitad, de las 800.000 actuales, hasta alcanzar lo que consideran demanda estructural.
Eloy Durá señaló que “antes con sólo poner el cartel vendías el 30% de las viviendas, ahora las vendemos pero cuesta mucho más”. El presidente de Fevec mostró la incertidumbre en la que se encuentra el sector ante el conseller el pasado jueves durante la entrega de sus premios anuales. Durá reconoció la existencia de un cambio de ciclo y pidió en voz alta lo que muchos empresarios sostienen en privado: la necesidad de liberar más suelo.
Durante los últimos años la construcción ha pasado a suponer el 12,2% del PIB de la Comunitat y ocupa a más de 270.000 personas frente a las 125.000 de hace diez años (un 116% más).
Los constructores sostienen que como prosiga esta situación muchas empresas se verán abocadas al cierre con las consecuencias que puede tener para la economía valenciana.
El gerente de la Asociación de Promotores, Benjamín Muñoz, recordó que han organizado unas jornadas para estudiar hacia dónde se dirigirá el sector en los próximos años. Estas jornadas reunirán a economistas, demógrafos, antropólogos y analistas que determinarán las tendencias poblacionales y macroeconómicas y su incidencia.
Destacó que el sector “está un poco expectante” y reivindicó el papel que ha jugado la construcción en el crecimiento económico de los últimos años. Muñoz, que resaltó las buenas relaciones con el conseller, afirmó que creían que se les iba a reconocer el esfuerzo, “pero ahora dicen que las empresas del ladrillo son un sumidero de inversiones, a lo mejor ha llegado el momento de recapacitar y levantar el pie del acelerador”. “Si estamos sobredimensionando la oferta habrá que atemperarla”, recalcó el gerente de los promotores.
El pasado jueves, en el acto de entrega de los premios de Fevec, el conseller de Territorio, pese a no estar previsto que interviniera, aprovechó las peticiones que le lanzó el presidente de esta asociación para tratar de tranquilizar al sector. Se comprometió ante ellos a definir qué suelo podría ser urbanizado en el futuro y cuál no para evitar la incertidumbre. Aunque también pidió a los empresarios un esfuerzo en la mejora de la calidad.
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