El secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, abogó hoy por "redefinir" el plan urbanístico de Rabasa, que prevé 15.000 viviendas en 4,2 millones de m2, para impulsar la construcción de viviendas a "precio asequible" y conforme a los criterios de sostenibilidad.
Sostuvo que, pese a que en los últimos tiempos se ha construido "más que nunca" en el municipio, "durante muchos años en Alicante no se ha hecho vivienda protegida" y, por ello, abogó por "reconducir" el macroproyecto.
Además, expresó públicamente sus dudas sobre que el conseller de Territorio y Vivienda, Esteban González Pons, a quien denominó como "el conseller sandía", apruebe el plan Rabasa "tal cual está", y añadió que "no se puede plantear una nueva ciudad" con una única actuación sino que "debe hacerse de forma segmentada" y rebajando las 15.000 viviendas previstas.
El socialista opinó que la ciudad de Alicante "es el exponente más claro del fracaso del PP en política de vivienda" y dijo que esto se reflejó cuando más de 8.000 alicantinos expresaron recientemente su deseo de acceder a una vivienda de protección.
También criticó la política de vivienda del president de la Generalitat, Francisco Camps, y recordó que sus promesas en esta área "son menos creíbles" desde que hace un año afirmó que había cumplido su objetivo de poner en marcha 100.000 nuevas residencias a precios asequibles.
"No sé dónde están porque hoy la vivienda sigue siendo la principal preocupación de los valencianos", indicó Pla, quien aseguró que defiende un urbanismo "racional, sostenible y compartido con la iniciativa privada, pero con una fuerte apuesta por la vivienda de protección oficial y a precio asequible".
Para Pla, es necesario que el presidente de la Generalitat promueva el "respeto a las reglas del juego" y que se acabe "la discrecionalidad y el urbanismo a la carta".
En referencia a las palabras de Camps sobre que la Comunitat debe liderar el futuro de España, Pla contestó que "no es ninguna novedad" y que él ya lo propuso en un Debate sobre el Estado de la Comunitat, en el que le pidió que dejase el "victimismo y el lloriqueo" para pasar a "aglutinar a todas las regiones del Arco Mediterráneo".
Sin embargo, indicó que Camps "no tiene chispa en los planteamientos que hace" y vive una situación de "franca decadencia, continuismo e incapacidad para, más allá de la palabrería, que se le da bien, generar ilusión".
Al ser preguntado por el anuncio de Camps de que antes de abril tendrá la confirmación de si Valencia acogerá la celebración de un Gran Premio de Fórmula Uno en un circuito urbano, el líder de los socialistas valencianos explicó que no está "en contra de que Valencia tenga un acontecimiento tan relevante" como éste, pese a que cree que Camps ha asumido este objetivo, que es "complicado y difícil", "única y exclusivamente en clave electoral".
Subrayó que en este asunto de la Fórmula Uno "Camps y el PP no han contado absolutamente con nadie". En esta línea, abundó en que el propósito de los populares es conseguir "un anuncio en vísperas electorales" a pesar de que la posible organización del Gran Premio "comprometerá a futuros gobiernos". A pesar de estar profundamente disgustado de cómo lleva las cosas este señor, señaló en referencia a Camps, "somos gente de orden que cumplimos con los compromisos". Asimismo, pidió al jefe del Consell que, "si al final consigue que la Fórmula Uno" se dispute en Valencia, "no condicione mucho la vida de los ciudadanos ni las arcas públicas".
"Ya tenemos suficiente endeudamiento y suficiente desastre económico motivado por Camps y el PP", comentó Pla antes de confiar "en que esos compromisos -financieros- no sean insalvables". El secretario general del PSPV-PSOE enmarcó las gestiones del Consell por la Fórmula Uno dentro de una política del PP que considera que "este tipo de cosas son las fábricas del siglo XXI".
Por su parte, discrepó de esta concepción y sostuvo que el futuro valenciano "debe pasar del cemento al conocimiento" incentivando planes de investigación, desarrollo e innovación que hagan "que los mejores investigadores no tengan que marcharse. (EFE)
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P. ROSTOLL
Joan Ignasi Pla, candidato socialista a la Generalitat, entonó ayer el mea culpa y, en un tono de autocrítica y después de fuertes presiones desde la cúpula del socialismo alicantino, se vio obligado a cambiar la ambigüedad de sus declaraciones del martes en Alicante en las que habló de «redefinir» el plan Rabasa, por un rechazo claro y rotundo a la macrourbanización de 15.278 viviendas adjudicada a Enrique Ortiz. «Creo que no me expliqué bien. No al plan Rabasa que, tal y como está presentado, es inaceptable. Si yo soy presidente de la Generalitat no se aprobará», subrayó Pla en una comparecencia pública tras reunirse con el grupo redactor del programa electoral del PSPV para los comicios autonómicos.
A diferencia de lo ocurrido 24 horas antes cuando Pla, sin contar con nadie y sin que nadie le preguntara, sembró el desconcierto al apostar por «reconducir» el polémico proyecto porque «puede ser bueno, si se hace bien», ayer todo estaba atado. Y bien atado. Los socialistas alicantinos, la dirección local que encabeza Roque Moreno y la propia candidata Etelvina Andreu; y un sector de la ejecutiva nacional del PSPV, con Eugenio Burriel al frente, ya se habían encargado de poner firme a Pla y de hacerle ver la inoportunidad de sus declaraciones que devolvían al partido a la convulsión de hace un año y, además, rompían con la estrategia de campaña que, hasta ahora, había desplegado Etelvina Andreu con su apelación a las «manos limpias» y a la necesidad de que la capital alicantina no esté dirigida desde el despacho de un constructor.
La repercusión de las declaraciones ya hizo que el mismo martes, antes de que Pla abandonara la ciudad, la alcaldable y el secretario local del PSPV, Roque Moreno, reclamaran al candidato a la Generalitat que diera marcha atrás y que fuera claro en su posición contra Rabasa. El malestar, el enfado y la indignación de Etelvina Andreu, «por decirlo de una forma suave» como admitieron desde su entorno, era más que evidente. La tensión llegó a tal extremo que durante la jornada se desataron las especulaciones sobre un amago de dimisión de Andreu, algo que tanto el entorno de la candidata como la ejecutiva local negaron. Pero no sólo estaba enfadada la alcaldable. Tanto Roque Moreno como Eugenio Burriel, secretario de Urbanismo del PSPV, también exigieron a Ignasi Pla, en sendas conversaciones no exentas en algún momento de cierta tensión, que rectificara en una cuestión clave para la carrera electoral de los socialistas en la capital y, quizá, para el control de las próximas Cortes Valencianas.
Las presiones desde Alicante - la candidata estuvo en contacto con sus más estrechos colaboradores hasta bien entrada la noche - hicieron que, desde primera hora de la mañana de ayer, la maquinaria socialista se pusiera en funcionamiento para deshacer el entuerto que había organizado Pla. La candidata trataría de darle la vuelta a la tortilla con un posicionamiento claro y público para despejar cualquier duda. El portavoz municipal, Manuel de Barros, y Roque Moreno elaboraron, igualmente, un comunicado, que fue supervisado por la propia alcaldable y contaba con el visto bueno de Burriel, con un rechazo frontal al proyecto de Enrique Ortiz. «Manifestamos la total oposición del grupo socialista y del partido a un plan inviable de acuerdo a los innumerables informes en contra de Medio Ambiente, Defensa, Fomento y hasta la Confederación Hidrográfica del Júcar, que confirmó que no existen suficientes recursos hídricos para una macrourbanización como Rabasa», recalcaron al alimón De Barros y Moreno. «El desarrollo de Alicante debe estar supeditado a un Plan General de Ordenación Urbana y no a los caprichos del alcalde», insistieron los dos dirigentes del puño y la rosa.
¿Y Pla ¿Cómo saldría el candidato socialista a la Generalitat de la tela de araña en la que él mismo se había enredado El secretario general del PSPV, acuciado por la avalancha de críticas desde las filas del socialismo alicantino, había decidido, en una intervención que estaba pactada desde primera hora de la mañana, aprovechar una comparecencia tras la reunión del grupo que redactará el programa socialista en materia urbanística para hacer una declaración contundente contra el proyecto. Al encuentro, además, asistía el portavoz de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, Manuel Alcaraz, representante de uno de los colectivos más combativos contra el plan adjudicado a Ortiz.
A lo largo de la cita, Pla, bajo la mirada de Burriel y casi sin venir a cuento al abordarse cuestiones de carácter técnico, ya mostró su rechazo a Rabasa hasta en dos comentarios. De puertas para afuera, en una declaración de poco más de tres y minutos y medio fue muy contundente. «El actual plan Rabasa es inaceptable porque no se puede plantear la construcción de una nueva ciudad en una única actuación», subrayó. «Yo - siguió Pla - no dije que me pareciera bien Rabasa. Sería absurdo porque he dicho varias veces que estoy en contra y ordene que los concejales votaran en contra». «Creo que no me expliqué bien», añadió con un cierto tono de autocrítica.
El candidato a la Generalita remarcó, no obstante, que el objetivo del PSPV para Alicante «es compensar el desastre del PP que ha impedido que los ciudadanos puedan acceder a vivienda protegida». «En Alicante se ha producido menos VPO, pero debemos hacer un esfuerzo y ahí está Rabassa, pero no el plan, como terreno a desarrollar junto a otro suelo de la ciudad», concluyó el líder socialista que, tras volver a la reunión, aceptó entrevistarse en una próxima visita a la ciudad con la plataforma que rechaza el proyecto. En Alicante, Roque Moreno, por su parte, trató de neutralizar al sector que, en su momento, defendió Rabasa y que, con Blas Bernal como portavoz, jaleó las declaraciones de Pla. Moreno se reunió con Bernal en los despachos del grupo municipal socialista para tratar de atajar la posición del edil y evitar que, durante los próximos meses y en plena campaña, Bernal ponga en cuestión al partido como en el caso de El Plantío. Sin embargo, ni Moreno ni la dirección comarcal del PSPV son partidarios de abrir un expediente disciplinario al concejal, algo a lo que sí es más proclive la candidata Andreu.
De "Información"
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