MADRID.- La serie sobre la corrupción en la Comunitat Valenciana que El Plural
está ofreciendo a sus lectores tiene una parada obligatoria esta
semana: la Operación Erial. El ni más ni menos que expresidente de la Generalitat, exministro de Aznar y exportavoz del Gobierno del PP, Eduardo Zaplana,
ha dado con sus huesos en la cárcel tras ser detenido por corrupción
junto a varios testaferros entre los que destacan Joaquín Barceló y
Francisco Grau, ambos en prisión junto a Zaplana.
En el rosario de delitos que se le imputan al expresidente encontramos los de blanqueo
de capitales, cohecho, prevaricación, malversación de caudales
públicos, tráfico de influencias, fraude en la contratación, delito
fiscal, falsedad documental, asociación ilícita para delinquir y grupo
criminal.
Guión de Berlanga
Pero antes de entrar en los detalles del por qué ha terminado el que
parecía intocable en prisión, no puede uno dejar de detenerse en la berlanguiana forma de caer que ha tenido el expresidente,
tan increíble que hasta podría ser cierta la historia si hacemos caso a
la castiza frase de 'la realidad siempre supera la ficción'.
Como si de un guión del maestro valenciano se tratara, la historia comienza con el protagonista vendiendo su casa de València a un imán sirio.
Sí, no han leído mal, a un imán sirio afincado en la capital del Turia.
Un hombre que tras adquirir el inmueble quiso hacer reformas en el
mismo y, ¡oh casualidad! encontró en un altillo una carpeta. En dicha carpeta ni más ni menos que el mismísimo Zaplana supuestamente había guardado los esquemas de cómo blanquear el dinero
obtenido de unas mordidas que presuntamente se llevó mientras era
presidente.
Pero no solo cómo blanquear, sino que al parecer en los
papeles de El Campeón (así le bautizó Julio Iglesias) estaban anotadas las empresas, sociedades y hasta las personas que le hacían de testaferro. Una perita en dulce para cualquier investigador.
Pero por si la historia fuera poco rocambolesca, en un giro de guion digno de un Óscar de la academia de Hollywood, resulta que el Imán sirio era íntimo amigo de Marcos Benavent,
más conocido por los españoles como el ‘yonki del dinero’. “OMG” que
dirían los ‘milenials’. Pues sí, el sirio le dio la carpeta a Benavent y
le pidió que la guardara….los motivos, él sabrá. El resto deberá
esperar a que se levante el secreto de sumario para saberlo.
Hete aquí que resulta que el ‘yonki’ huye de España porque a ‘chorizo’ no le gana nadie y los papeles se quedan en un despacho
durmiendo el sueño de los justos. Pero la UCO, sin prisa pero sin
pausa, encuentra a Marcos Benavent haciendo un periplo por Latinoamérica
y, finalmente, éste vuelve a España en modo ‘namasté’ y se convierte en
colaborador de la Justicia.
Es en ese momento que la
carpeta del altillo llega a manos del juez de Taula y del fiscal
Anticorrupción. Ambos deciden que aquello no tiene nada que ver con esa
operación y el fiscal, tras elevar consulta, decide denunciar el caso y
termina en manos de la magistrada del Juzgado de Instrucción Número 8 de
València.
Ambos, en colaboración con la UCO, empiezan a tirar del hilo
hace dos años y medio, en 2015, en una de las operaciones judiciales
más secretas que se recuerdan en la historia de la corrupción española. Y
hace una semana salta la noticia, Eduardo Zaplana, El Campeón, el
intocable, había caído.
La investigación se centra en dos adjudicaciones a la empresa Sedesa,
propiedad de los hermanos Cotino, sobrino del exconsejero de la
Generalitat e imputado por la visita del Papa en la Gürtel y también
aquí, Juan Cotino. Según las primeras investigaciones, dicha empresa
habría pagado más de diez millones de euros en mordidas al expresidente.
Éste, a través de testaferros, habría escondido el dinero en paraísos
fiscales en el extranjero. Pero la codicia siempre termina por salir y,
hace poco habría comenzado a mover ese dinero de forma evidente.
Se investiga si durante los años previos, la forma de blanquear el
capital se hizo a través de las empresas y sociedades que sus
testaferros tienen en España, la cuales habrían incrementado su
patrimonio de manera exponencial hasta llegar a los 7,4 millones de euros. Pero también bajo la lupa de la UCO se encuentran diversas operaciones inmobiliarias
realizadas por el propio Zaplana. Entre ellas se incluye la venta de su
piso en la Castellana por 2,8 millones de euros, la compra de una casa
en Chamberí por 1,8, así como la adquisición de varios objetos de valor
considerable.
Intocable
Hasta ahora, la corrupción siempre había perseguido al exministro, pero él corría más. Ya a finales de los 80 unas escuchas telefónicas
dejaron en evidencia cuál iba a ser su forma de hacer política, pero
aquellas grabaciones fueron anuladas y todo quedó en agua de borrajas.
Después llegó Terra Mítica donde también bordeó la imputación pero salió victorioso.
La Gürtel, Lezo y Púnica han sido las últimas
operaciones en las que el nombre de Eduardo Zaplana ha sonado con fuerza
pero, como en las anteriores, ha salido de rositas de cada una de
ellas. No ha sido hasta Erial que por fin la Justicia ha podido darle,
al menos por el momento, caza.
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