¿Cómo
es posible que un país tan pobre y pequeño como Corea del Norte
haya conseguido un armamento nuclear avanzado en tan pocos años?
¿Fue China? ¿Fue Rusia? No, fue el Estado profundo que compró
material soviético a la mafia rusa para echarle la culpa a Putin.
Tampoco fue falsa alarma el supuesto misil coreano que lanzó un
submarino del Estado profundo contra Hawái para provocar una guerra
contra Corea del Norte, pero fue interceptado, afortunadamente.
¿Cómo
es posible que nadie haya conseguido acabar con el terrorismo
islamista? Porque está protegido y financiado por el Estado
profundo. ¿Cómo es posible que Irán haya hecho trampa con una
fábrica de armas prohibidas en Siria? Con la ayuda del Estado
profundo.
¿Son
comunistas, islamistas o proiraníes los miembros del Estado
profundo? No, van a lo suyo, que es sembrar el caos mundial para
beneficiarse del negocio de la guerra, la droga, el tráfico de armas
y de personas, y todo tipo de asquerosidades como la pedofilia, y de
paso llevarse por delante a media humanidad.
El
llamado Estado profundo (Deep State) llamado también “gobierno
secreto en la sombra” o “camarilla oscura” es un concepto
misterioso que se ha puesto de moda bajo la presidencia de Donald
Trump, que llegó al poder con la promesa de “drenar el pantano”
de la corrupción, pero su existencia viene de mucho antes, porque es
un poder fáctico de funcionarios públicos cuya permanencia en sus
cargos va más allá de los cambios de mando presidencial, así como
todo tipo de políticos y empresarios corruptos, porque es el mal
químicamente puro.
Fue
el Estado profundo el que envió sobres de Antrax a los senadores que
votaron en contra de la “Ley Patriota” que permitía la
vigilancia oculta de todos los ciudadanos sin control judicial.
También fue el Estado profundo el que envenenó al espía ruso en
Inglaterra para dañar las relaciones con Rusia, porque su objetivo
es provocar la tercera guerra mundial. No hace falta decir que fue el
Estado profundo el que organizó el auto-atentado del 11-S.
El
término de “Estado profundo” implica que hay gente secretamente
en algún lugar, fuera de la mirada pública, escondida incluso de la
burocracia, tirando de las cuerdas y manipulando cosas. El primer
Presidente que se enfrentó al Estado profundo fue JFK y por eso lo
asesinaron. El segundo fue Ronald Reagan y por eso intentaron
asesinarle con la advertencia de “la próxima vez no fallaremos”.
Su venganza fue destapar el escándalo Irán-contras, pero eso no fue
ni la punta del iceberg.
Sin
embargo, el mayor nivel de corrupción del Estado profundo se produjo
durante el mandato de Obama; pero él no tuvo la culpa de todo, sino
su política de dejar hacer y dejar pasar, es decir, de mirar para
otro lado. Así se armó al Daesh, se lucraron con el negocio del
opio en Afganistán, con el narcotráfico de América Latina o con el
tráfico de armas y diamantes en África, y lo más repugnante de
todo, el tráfico de niños y mujeres, especialmente en Arabia
Saudita.
Hasta
tal nivel llegó la corrupción del Estado profundo que la facción
patriota de los militares estadounidenses estuvo muy cerca de dar un
golpe de Estado contra el gobierno de Obama. Pero al final la
inteligencia militar optó por el plan B, que consistió en reclutar
a Donald Trump para que llegara a la Presidencia e hiciera una purga
de caballo contra la corrupción del Estado profundo, con la ayuda
del General Matis, que acondicionó las instalaciones de Guantánamo
para apresar a peces gordos. En este “hotel de lujo” está
hospedado desde hace un tiempo el multimillonario George Soros, según
rumores.
A
pesar de que ya existen más de cuatro mil acusaciones selladas en
secreto contra presuntos delincuentes del Estado profundo, el Fiscal
General Jeff Sessions guarda silencio porque parece estar acojonado
por la gran cantidad de personajes importantes acusados de pedofilia
y de todo tipo de guarrerías, y Donald Trump no dice ni pío, en
postura de acecho, esperando su oportunidad para tirar de la manta,
porque son muy poderosos los personajes a los que se enfrenta.
El FBI confiscó todos los documentos secretos del abogado de
Donald Trump con el fin de buscarle trapos sucios con los que poder
chantajearlo, porque para hacer limpieza hay que estar limpio y, el
pasado de Trump como hombre de negocios no está limpio del todo.
El
Estado profundo está muy infiltrado en la CIA y el FBI. Por eso Trump
no se fía de estas agencias y sólo confía en el Cuerpo de Marines que es
el que hará las detenciones cuando llegue el momento. A Trump no pueden
asesinarlo porque tiene protección sobrenatural, igual que la tienen
los Reyes de España, aunque está profetizado a largo plazo la caída de
todas las monarquías en Europa.
Veremos a ver cómo acaba
este culebrón, pero lo que sí es seguro es que el Estado profundo
seguirá intentando liar la de San Quintín con ataques de bandera falsa
para desencadenar la tercera guerra mundial. Pero estoy seguro de que
fracasará porque tenemos protección divina.
Un supuesto
viajero del tiempo ha profetizado que el 2.019 Trump invadirá Corea del
Norte con éxito, que en 2.020 comenzará la tercera 'fiesta' que será
abortada por causas naturales o sobrenaturales, y que en 2.022 tendrá
lugar el "big one" es decir el gran terremoto de San Francisco que será
muy destructivo. Pero esto no podemos creerlo a pies juntillas porque el
futuro no está escrito del todo.
La invasión de Norcorea
está profetizada en la Biblia en el Libro de Daniel, cuando dice que "el
rey del sur invadirá al rey del norte y pasará más allá de sus
fronteras".
También está profetizado un despertar glorioso de España, que será una potencia mundial, y ésta es mi esperanza más íntima. No sé si se lo merece todo el mundo porque en este país hay demasiado chorizo.
Ésta es la última información que he conocido.
(*) Periodista
Aquí
hay más información sobre este tema:
No hay comentarios:
Publicar un comentario