MADRID.- A Eduardo Zaplana la polémica de la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero
probablemente le haya movido a risa. A él siempre le gustó vivir bien, a
juzgar por los dos domicilios que tiene en propiedad con su esposa,
Rosa Barceló. Uno en Madrid, el otro en Benidorm, la ciudad de la que
fue alcalde. Es irónico que el de Madrid, adquirido el pasado mes de marzo, esté muy cerca de la sede del Partido Popular en
la capital. El mismo partido del que fue portavoz hasta que Mariano
Rajoy lo defenestró por perder su confianza en él, allá por 2008, revela hoy El Confidencial.
En
el distrito de Chamberí abundan las calles señoriales nutridas de
edificios del siglo pasado. En una de ellas, conocida por ser sede
habitual de bufetes y notarías, encontró el matrimonio Zaplana un piso
con las dimensiones y las características adecuadas para sus
necesidades.
Se trata de un inmueble
de 270 metros cuadrados, con cuatro habitaciones y zona de servicio. El
precio podría rondar los dos millones de euros,
a juzgar por inmuebles de similares características que están
actualmente a la venta. Según ha podido saber este medio, Eduardo
Zaplana y su esposa no han suscrito ninguna hipoteca para poder
comprarse esta vivienda.
Además, Eduardo Zaplana y Rosa Barceló, casados en régimen de
gananciales, tienen un chalé en La Cala, Benidorm. Zaplana conoce bien
la zona porque fue alcalde de la localidad de 1991 a 1994. El chalé,
adquirido un año después de dejar la alcaldía, está construido en una parcela que supera los 1.000 metros cuadrados y tiene vistas privilegiadas al Mediterráneo. Por cierto, la casa de Valencia en la que ha sido detenido esta mañana y que la guardia civil está registrando no está a su nombre.
Zaplana
puede permitirse ese nivel de vida. Después de dejar la política hace
10 años, fichó por Telefónica como adjunto a la secretaría técnica de la
presidencia,
donde ha recibido una retribución periódica que nunca se ha hecho
pública.
Desde entonces, tuvo despacho en la sede de Gran Vía de la
cotizada, primero con César Alierta y ahora, también, con José María
Álvarez-Pallete, con quien comparte afición por el 'running'. También es consejero independiente de Logista, filial de la privatizada Altadis, donde percibe una retribución fija anual de 60.000 euros más dietas (86.000 euros el año pasado).
Además, Zaplana se ha dedicado en los últimos años a los negocios y a la ‘consultoría empresarial’ a través de su empresa Decuria Consulting,
con la que ha facturado más de dos millones de euros desde que la
constituyó en junio de 2008 (aunque en 2016, último año del que hay
registro, solo obtuvo 141.000 euros
de ganancias).
Las operaciones empresariales en las que Decuria ha
participado no son públicas, pero Zaplana es especialista en intermediar
en mil y un negocios.
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