CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha defendido ante los obispispos italianos la
pobreza evangélica, que es “madre y muro de la vida apostólica” y que él
aprendió como jesuita. “La pobreza evangélica hace nacer y protege la vida apostólica”,
ha reseñado. “Quien tiene fe no puede hablar de pobreza y vivir al
mismo tiempo como un faraón. Es un ‘anti-testimonio’. Es escandaloso
gestionar los bienes de la Iglesia como si fuesen personales”.
Para el Papa, la Iglesia debe gestionar con ejemplaridad,
con reglas claras aquello por lo que un día rendirá cuentas. “Soy
consciente y reconozco que en la Conferencia Episcopal Italiana se ha
hecho mucho en los últimos años, pero todavía se debe hacer más”, ha
dicho durante el discurso de apertura de la Asamblea General de la
Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Además, ha señalado ante los prelados que “no es pecado criticar aquí
al Papa”. El Ponífice ha aprovechado su alocución para lamentar la
crisis vocacional que padece la Iglesia y la ha comparado con una
“hemorragia” ocasionada por la cultura del relativismo y los escándalos.
Así, ha hecho un repaso de sus tres principales preocupaciones respecto a
la Iglesia en Italia y ha dado cuenta de la crisis de vocaciones, la
pobreza evangélica y la reducción y fusión de Diócesis.
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