VALENCIA/MADRID.- Un registro casual en una oficina de Marcos Benavent, conocido como el 'yonqui del dinero', el peculiar arrepentido del llamado caso Taula, explosionó ayer como una bomba de racimo en forma de otra macrooperación en la que fueron detenidos el ex presidente valenciano y ex ministro del PP, Eduardo Zaplana, y otras seis personas, entre ellas el empresario Vicente Cotino, sobrino de Juan Cotino, ex director general de la Policía y ex vicepresidente del Gobierno regional, revela hoy El Mundo.
La llamada operación Erial, que así ha sido bautizada por la Guardia Civil, señala a Zaplana como parte de un entramado formado para el cobro fraudulento de hasta 10,5 millones de euros en comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones de contratos públicos.
El ex ministro y emblemático dirigente del PP habría sido descubierto intentando repatriar el dinero que mantenía oculto en Uruguay a través de un circuito internacional en el que también figuraba Luxemburgo, informan Ángeles Escrivá y Esteban Urreiztieta. La pista inicial que puso a los agentes sobre la pista fue un dosier entregado por un ciudadano sirio a Marcos Benavent.
Los agentes de la Guardia Civil se personaron
ayer en dependencias de la Consejería de Economía de la Generalitat y
solicitaron toda la documentación disponible sobre el proceso de privatización del servicio de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) iniciado en 1997 por el Gobierno de Zaplana con la supervisión directa de su jefe de gabinete -Juan Francisco García,
ex presidente del club de baloncesto Estudiantes y aspirante a dirigir
la ACB fue detenido en Barcelona- y los contratos de adjudicación del
Plan Eólico de la Comunidad Valenciana, que arrancó en 2001. García
presidió la mesa de contratación.
Uno de los principales investigados en ambos procesos de contratación sería el grupo de empresas, entonces conocido como Sedesa,
liderado por Vicente Cotino, que fue beneficiario de algunos de los
lotes en que se dividieron ambos programas, tanto los relativos a las
ITV como el de colocación de molinillos en todo el territorio para
transformar el viento en energía, plan todavía en marcha.
Vicente Cotino ya fue condenado a año y medio
de prisión junto al sucesor de Zaplana y ex presidente de la Generalitat
y de Bancaja, José Luis Olivas, por fraude fiscal y falsedad en documento mercantil.
Cotino es también uno de los empresarios que han admitido haber
participado en la financiación irregular de las campañas electorales del
PP en el juicio de la rama valenciana de la trama Gürtel.
La investigación, que se inició hace dos años,
ha permitido desentrañar las operativas fraudulentas utilizadas para la
adjudicación dirigida de las licitaciones investigadas, identificar a
los responsables, determinar el sistema
de pago de comisiones y establecer los complejos sistemas utilizados
para blanquear los beneficios obtenidos. La Guardia Civil cree haber localizado una parte importante de los mismos.
La operación se desplegó ayer con gran
amplitud, con hasta 22 registros en domicilios particulares y sedes
sociales de empresas. Además de Zaplana, García y Cotino, fueron
detenidos José Cotino; Francisco Grau, economista y ex secretario del consejo de administración de la Caja de Ahorros del Mediterráneo; Joaquín Barceló Llorens, director del Centro de Desarrollo Turístico de Benidorm y ex directivo del parque Terra Mítica, y su mujer, Felisa López. Además, han sido imputados Juan Cotino, el ex director de la Policía, y la mujer de Zaplana, Rosa Barceló.
La detención de Eduardo Zaplana, el tercero de
los ex jefes del Ejecutivo regional nombrados por el Partido Popular
sometidos a investigación, cierra el círculo de una época en la
Comunidad Valenciana, que se inició con el apoteósico triunfo de Zaplana
sobre la izquierda en 1995 y concluyó veinte años después, en 2015, con
la pérdida del poder a manos de una coalición liderada por el PSPV y
los nacionalistas de Compromís, con apoyo de Podemos.
Para estupor de sus seguidores, que todavía
eran legión entre los pata negra del PP -ayer se escuchó algún «aguanta,
Eduardo»-, Zaplana fue detenido al filo de las ocho de la mañana cuando
salía del garaje de la vivienda que tiene alquilada en Valencia para
sus periódicas visitas a la ciudad, sea por motivos políticos,
familiares o de salud, dada la grave enfermedad que se le diagnosticó
hace un tiempo y por la que sigue siendo tratado.
La caída de Zaplana es, probablemente, la más relevante de las producidas hasta ahora en la región, incluyendo Gürtel, del que salió airoso su sucesor, Francisco Camps, ahora investigado por una posible malversación en la Fórmula 1.
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