ROMA.- Hoy se celebra el primer Día Mundial de las Abejas, celebración declarada por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con el propósito de concienciar sobre la importancia que tienen estos insectos polinizadores para el ser humano, las amenazas a las que se enfrentan, como el cambio climático, las enfermedades, la acción de los productos fitosanitarios que se emplean en la agricultura intensiva la contaminación o la pérdida de biodiversidad, así como su gran contribución al desarrollo sostenible.
Con
motivo de esta
celebración, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) lanza el siguiente mensaje: las abejas
deben estar protegidas para garantizar el futuro de la alimentación
humana.
La organización insta a que los países realicen un mayor esfuerzo para
proteger a las abejas y otros polinizadores, ya que de lo contrario la
humanidad se arriesga a sufrir una caída de la diversidad alimentaria.
En este sentido, recordemos que el año pasado los expertos de la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) que trabajan en el proyecto MUST-B, advertían que la pérdida de la población de abejas suponía una amenaza para la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
En este sentido, recordemos que el año pasado los expertos de la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) que trabajan en el proyecto MUST-B, advertían que la pérdida de la población de abejas suponía una amenaza para la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
Según ha explicado la FAO anteriormente, del 90% de los 100 cultivos
principales con los que se abastece la Humanidad, hasta un 71% de ellos
son polinizados por las abejas, cuya actividad se traduce en seguridad
alimentaria y un valor económico que supera los cientos de millones de
euros.
La actividad polinizadora de las abejas está estrechamente
asociada a la producción de alimentos, siendo esenciales para el
desarrollo de numerosas plantas y árboles, además, en muchos casos
existe una completa dependencia de las abejas.
A esto es necesario sumar
que producen un alimento muy valorado, la miel. Desgraciadamente, cada
año se reduce el número de colonias y, por tanto, su producción en
Europa, por lo que no es de extrañar que la producción comunitaria de
miel no cubra el consumo interno y se recurra a la miel procedente de terceros países.
La ceremonia oficial de conmemoración del Día Mundial de la Abeja (World Bee Day)
se celebró en Eslovenia, país soberano de Europa Central que ha
impulsado esta celebración reconociendo a estos insectos por su
habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca
atención.
La FAO comenta que los países deben cambiar y desarrollar
políticas y sistemas alimentarios, que sean amigables con estos
polinizadores, recordemos que en Europa se dio un pequeño paso en este
sentido al prohibir el uso de tres insecticidas neonicotinoides al aire libre (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam), medida que se hará efectiva antes de que acabe este año.
La
FAO explica que no es posible seguir centrándose en el aumento de la
productividad en base al uso generalizado de pesticidas y otros
productos químicos que amenazan a los polinizadores y a los propios
cultivos, por ello, es necesario convertir las palabras en hechos y
poner en marcha iniciativas concretas que permitan la conservación de
las abejas y otros polinizadores, ya que cuidar su supervivencia es
cuidar la supervivencia del ser humano.
A nivel mundial, más del 75% de
los cultivos dependen en mayor o menor medida de los polinizadores, su
ausencia eliminaría productos como las almendras, el café, las manzanas,
el cacao o los tomates, entre otros.
En este sentido, merece la pena retomar la lectura del post ¿Cómo sería la alimentación humana sin las abejas?,
como explicábamos en él, siendo extremistas se podría responder a esa
pregunta con la frase atribuida a Albert Einstein: “Si las abejas
desaparecieran, a la humanidad le quedarían cuatro años de vida”.
No sería así, pero la desaparición de los polinizadores supondría
cambios profundos que amenazarían seriamente la seguridad y diversidad
alimentaria. La perdida de biodiversidad afectaría al equilibrio
ecológico, el precio de los alimentos aumentaría considerablemente, no
podríamos disfrutar de alimentos tan preciados como la miel, etc.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura explica que todos tenemos la responsabilidad de proteger a
las abejas y tomar decisiones que sean favorables a los polinizadores,
abejas, mariposas, pájaros, murciélagos, etc.
Pequeñas decisiones
bastan, por ejemplo, cultivar flores que sirvan de alimentación a las
abejas. Claro, que en realidad esto sirve de poco si no se acompaña con
medidas como la agroecología, recordemos que en este sentido la ONU hace años que apuesta por este modelo de agricultura como el mejor para garantizar el abastecimiento alimentario en las próximas décadas.
La FAO
advierte que el número de polinizadores y su diversidad han disminuido
en las últimas décadas, las evidencias muestran que las causas
principales son las actividades humanas y el cambio climático, de ahí
que se abogue por las prácticas agrícolas sostenibles como la agroecología, ya que podría ayudar a proteger a las abejas
al reducirse la exposición a los pesticidas y diversificar el paisaje
agrícola.
La organización ha puesto en marcha el Código Internacional de
Conducta para la Gestión de Plaguicidas como un marco para definir las
mejores prácticas que pueden ayudar a disminuir la exposición de los
polinizadores a los pesticidas.
Sobre la celebración del Día
Mundial de las Abejas 2018, la ceremonia oficial se desarrolló en
Eslovenia, concretamente en la localidad de
Breznica, lugar en el que nació un 20 de mayo del año 1734 Anton Janša,
apicultor y pionero de la apicultura moderna, de ahí que se haya elegido
el 20 de mayo para la celebración.
A través de la página oficial del World Bee Day 2018, se pueden conocer más detalles sobre este tributo.
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