miércoles, 13 de noviembre de 2019

La recogida de la uva, detrás del secreto de Vox en Monforte

ALICANTE.- Ni un cartel de Vox ha lucido en las calles de Monforte del Cid durante las pasadas elecciones. No hay sede local ni afiliados. Sin embargo, los de Abascal han ganado por goleada (27%) en la cuna de la uva de mesa embolsada, un producto con Denominación de Origen que se consume en la mayor parte de las casas españolas durante Nochevieja. Y lo ha hecho en uno de los únicos pueblos de España donde gobierna IU con mayoría absoluta desde el pasado mes de mayo cuando los de Garzón, sin Podemos, arrasaron con el 58,3% de los sufragios, así lo explica El Mundo.

En el Ayuntamiento, ni la joven alcaldesa María Dolores Berenguer (IU) ni sus asesores quieren oír hablar de que la inmigración pueda estar en el trasfondo de este profundo cambio del sentido de voto. Nunca ha habido problemas de xenofobia o racismo ni con magrebíes, ni con sudamericanos, ni chinos, con rumanos, con búlgaros, «porque aquí los tenemos de todos los colores», asegura Pepe, un vecino cualquiera. 
Y con esas palabras el interlocutor es consciente de que aunque no se verbalice, sí existe un problema, puede que de hartazgo, que ha favorecido que más de mil votantes se pasen de las filas de IU a las de Vox en cinco meses.
A 20 kilómetros de la costa, en este pueblo de casi 8.000 habitantes, hay trabajo para todos. Pero no igual para todos. Ahora están en plena campaña de corte, después llegará el corte de los sarmientos, la preparación de las vides y luego el embolsado. 
«El problema se produce -lo corrobora otro vecino, Víctor, en la misma conversación-, cuando el de aquí cobra a siete euros la hora y los que vienen de fuera la cobran a cinco». José Manuel, un vecino de mucha más edad, ahonda en este punto: «Si es que ganábamos más cortando uva hace 40 años que ahora». 
«Ya, pero los moros y los cuates no necesitan cobrar a siete euros porque tienen las ayudas que les da la asistenta social. Y así pueden pasarse años sin dar palo al agua», le corrige José, su compañero de dominó. Rosario, quien confiesa haber votado a IU y luego a Vox se queja de que no puede acceder a becas para sus hijos porque van a parar a los inmigrantes. «Vale, yo no tengo una mano delante y otra detrás, pero nadie me paga el préstamo», argumenta.
También se da la circunstancia de que IU en Monforte no es como en otros pueblos y ciudades. La semana pasada respaldó en pleno una moción del Partido Popular en apoyo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en su actuación en Cataluña. 
Antes a favor de la caza o incluso ha mantenido en pie contra la Ley de Memoria Histórica una gran «Cruz de los Caídos» entre la Iglesia y el Ayuntamiento, donde no sólo lucen las banderas oficiales, también una LGTBI colgada de un balcón y desgastada por el sol.
En mayo, Berenguer y ocho independientes -IU sólo tiene 3 afiliados, comenta con orgullo la alcaldesa- barrieron. «La gente vota a la persona en las municipales y a los partidos de Madrid en las generales», sostiene la alcaldesa. 
«A nosotros nos votan por la gestión, porque trabajamos para los vecinos antes que por nuestras siglas. No es un voto ideológico. Para las generales se creen que votan a Sánchez, Casado o Abascal. No al astronauta [Pedro Duque, cabeza de lista del PSOE por la provincia] o al resto de candidatos. O votan castigo», añade. 
«El problema empieza cuando el político dice 'mis votantes'. No son tuyos. Votan lo que quieren», concluye Berenguer.

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