Los dos cerebros de la trama son, presuntamente, Abraham Hochman, ex agente del Mosad (servicio secreto israelí), y Diego Magín Selva, antiguo colaborador del ex banquero Mario Conde, según explicaron fuentes de la investigación.
La investigación se inició como consecuencia de una Comisión Rogatoria internacional, procedente de las autoridades británicas, sobre varias sociedades y personas.
Mediante complejas operaciones mercantiles y bursátiles, así como falsificaciones, los arrestados lograron que el valor de las acciones en bolsa de una empresa se incrementara sin depósitos que lo avalasen, lucrándose con la posterior venta fraudulenta de los títulos. Entre los detenidos en España se encuentra el presunto autor del fraude investigado.
Así, según las informaciones facilitadas por la Oficina de Fraudes Graves (SFO) de Reino Unido, que comenzó las investigaciones en 2005, la estafa comenzó en octubre de 2003, cuando se incluyó en el Mercado Alternativo de Inversiones del London Exchange Market una sociedad que tuvo que suspender el comercio de sus acciones dos años más tarde.
Cuando comenzó su actividad en bolsa, la empresa dijo tener activos por 219 millones de euros, representados casi por completo en un acuerdo suscrito con otra mercantil. Más tarde la compañía anunció diversas operaciones financieras, entre ellas una garantía bajo la forma de Certificados de Crédito Internacionales de una sociedad bancaria brasileña, todo ello con la finalidad de generar el consiguiente aumento de valor de las acciones de la compañía.
Sin embargo, dos años más tarde, la compañía divulgó la imposibilidad para verificar la existencia o su derecho a poseer depósitos bancarios (ICD-International Certificate of Deposit) por 370 millones de libras con dos entidades financieras.
Las investigaciones practicadas han permitido averiguar que la entrada bursátil de la empresa, así como la oferta pública de acciones, fue lograda por fraude y que se hicieron varios anuncios falsos, en medios especializados de Londres, para generar interés en las acciones de la compañía.
Esos anuncios fueron planeados presuntamente por los principales sospechosos quienes vendieron después las acciones que poseían o existían a su nombre.
La operación ha permitido localizar y detener a una persona en Madrid, cuatro en Barcelona y otra más en Elche, acusados de una presunta participación de una u otra forma en la estafa. Se han practicado además seis registros en los que se han intervenido varios ordenadores y abundante documentación.
Hochman, de 55 años y origen argentino, fue detenido en su casa, situada en la zona alta de Barcelona. Según declaró él mismo, formó parte, en el pasado, de los servicios secretos de Israel.
Selva, de 62 años y arrestado en Madrid, fue colaborador de Mario Conde en su etapa de Banesto y afrontó un juicio por falso testimonio a raíz del caso Argentia Trust, en el que el banquero fue condenado a cuatro años y medio de cárcel. Selva fue absuelto.
Los otros cuatro detenidos son auditores -algunos de ellos, de reconocido prestigio- que falsificaron documentos y ayudaron, por tanto, a que la trama prosperase. A cambio, recibieron una compensación. Los seis han quedado en libertad con cargos, según la policía, y están a la espera de lo que decida la justicia británica.
Diego Magín Selva fue asesor de Mario Conde en su etapa de Banesto y, hasta ahora, colaboraba estrechamente con Hochman, según la policía. Era el encargado de controlar las sociedades mercantiles. En 2003 fue absuelto del delito de falso testimonio por el 'caso Argentia Trust'.
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