El proceso, al que han llamado 'GMI-Citrus', permite a las empresas productoras de zumos aprovechar y rentabilizar los desechos que se generan.
Según explicó Pedro Fito, coordinador del proyecto, "hemos conseguido transformar un problema para la industria del zumo en una oportunidad de negocio, ya que convertimos los desechos en piensos granulados, agua purificada, aceites esenciales y bioetanol".
"De este modo podemos mirar los desechos de los cítricos, no como pérdidas sino como una materia prima para obtener otros productos de fácil comercialización", subrayó.
Según el coordinador del trabajo, la transformación de 2.000 kilos de naranjas en zumo provoca 1.000 kilos de residuos. A través del proceso desarrollado por los investigadores de la Escuela de Agrónomos de Valencia, de esos 1.000 kilos se pueden obtener "entre 450 y 500 litros de agua limpia, hasta tres kilos del aceite esencial d-Limoneno, útil en la industria cosmética y farmacéutica, cerca de 170 kilos de materia deshidratada --piensos--, hasta 40 litros de bioetanol y hasta 200 litros de agua apta para riego".
La tecnología desarrollada por este equipo de trabajo se ha cedido a la empresa valenciana FOMESA que es la encargada de construir y comercializar las máquinas necesarias para desarrollar todo el proceso. Según Pedro Fito, en este momento "el consorcio Citrotecno, formado por varias empresas valencianas ha adquirido la primera planta industrial".
De este modo, señaló que desde la Universidad asesoran a la empresa constructora "para mejorar el sistema y al mismo tiempo podremos utilizar la planta industrial que adquiera Citrotecno para perfeccionar todo el sistema y utilizarla un poco como planta piloto".
Fito añadió que este proceso "resulta especialmente rentable cuando el producto que tratamos tiene un alto contenido en azúcares, tenemos que trabajar con una elevada producción y requiere de una transformación in situ".
Según la misma fuente, el desarrollo de este proceso tecnológico "viene motivado por el importante número de toneladas de desechos que genera la industria citrícola al convertir las naranjas en zumo". En este proceso, los residuos que se generan --cortezas, membranas intercarpelares, pulpa grosera, entre otros-- contienen un elevado porcentaje de agua que puede llegar hasta el 82% de su peso. Esto implica un elevado coste en el transporte.
Asimismo, una vez extraído el zumo, la necesidad de trasladar los residuos a plantas de tratamiento es "inminente ya que dichos residuos pueden ser contaminantes y, además, pueden fermentar". El proceso desarrollado por la Escuela de Agrónomos permite instalar la planta procesadora junto a la planta de zumos y por tanto ahorra el transporte y los riesgos de contaminación.
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