ALICANTE.- La reserva mínima en los dos pantanos de la cabecera del Tajo se
había convertido en una barrera infranqueable para nuevos trasvases al
Segura en el último año, con esos 400 hectómetros cúbicos que con las
últimas lluvias se han visto superados con holgura y abren el grifo
cerrado prácticamente un año, desde mayo de 2017.
En los campos alicantinos, murcianos y almerienses se acuerdan de que hasta 2013, ese caudal ecológico estaba fijado en poco más de la mitad, 240 hectómetros, pero con acuerdo de cinco comunidades autónomas, el Gobierno de Mariano Rajoy alcanzó hace ahora un lustro un pacto para acabar con la guerra del agua, recuerda Abc.
No obstante, parece que hoy al Ejecutivo le va a costar reeditar ese consenso para su anhelado Pacto Nacional del Agua, a pesar de que en las filas socialistas valencianas tiene a un nuevo aliado, el presidente Ximo Puig, quien ha apelado en los últimos días a que el debate sobre los trasvases no tenga color político.
En cualquier caso, el difícil equilibrio está en el contenido que tenga ese pacto y para tratar de limar asperezas en el lado manchego, el Ministerio de Agricultura va a poner en juego una lluvia de millones con una apuesta ambiciosa por la desalación que no lo fíe todo a las transferencias entre las dos cuencas hidrográficas en discordia, el Tajo y el Segura.
La ministra Isabel García Tejerina ratificó el lunes que este verano la mayor planta desalinizadora de Europa, la de Torrevieja, duplicará su producción actual hasta llegar a los 80 hectómetros cúbicos. Es más, ya está en marcha el proyecto de ampliación para que triplique su capacidad hasta 120 hectómetros con una inversión de 45 millones de euros.
Mezclar aguas
Y para que esta vía alternativa tampoco cause una rebelión en tierras levantinas,
se han otorgado ayudas al precio del agua desalada, que nunca ha
satisfecho a los regantes porque cuesta hasta cinco veces más que la de
trasvases -ronda el euro-, además de que por su alto contenido en boro,
no es apto para ciertos cultivos.
Tan
solo la granada de Elche tolera
bien las características de este tipo de caudal, que además necesita
mezclarse con agua más «dura», en este caso del acueducto Tajo-Segura,
en
una proporción que los expertos de la Universidad Politécnica de
Cartagena
estipulan en 40% de desalada con 60% de trasvase, en el embalse
alicantino de La Pedrera. En consecuencia, seguirán haciendo falta
transferencias.
De momento, la reacción política a estas medidas anunciadas por Tejerina vino del lado murciano, donde el consejero Francisco Jódar subrayó «el esfuerzo que el Gobierno de España está realizando para paliar los efectos de la sequía en la Región de Murcia» al cumplir sus «compromisos» de garantizar agua para la segunda mitad de 2018. Sin olvidar su reivindicación de una «solución definitiva».
De momento, la reacción política a estas medidas anunciadas por Tejerina vino del lado murciano, donde el consejero Francisco Jódar subrayó «el esfuerzo que el Gobierno de España está realizando para paliar los efectos de la sequía en la Región de Murcia» al cumplir sus «compromisos» de garantizar agua para la segunda mitad de 2018. Sin olvidar su reivindicación de una «solución definitiva».
«Llueven» más de 100 trasvases
Aunque se trate de magnitudes no equiparables que no se suelen manejar en el sector agrario, para el lector ajeno a esta «guerra del agua», hay algunas cifras que pueden dar una idea de la dimensión real de este conflicto entre comunidades.
Solo con las lluvias de la última semana,
los embalses de toda España se recargaron con 1.250 hectómetros cúbicos,
mientras los regantes del sureste claman por 11 para el primer trasvase
desde hace un año, previsiblemente para abril. Es decir, ha caído del
cielo en siete días el volumen de agua equivalente a un centenar largo
de trasvases (113).
De ahí que algunos técnicos hayan realizado informes para la interconexión de cuencas, como una de escasa envergadura desde el Duero que podría abastecer a los dos embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía.
Finalmente, la ministra también puso sobre la mesa otra vía de solución: el ahorro de modernizar regadíos, que puede proporcionar hasta 1.000 hectómetros al mejorar la eficiencia en 100.000 hectáreas solo en la Comunidad Valenciana.
De ahí que algunos técnicos hayan realizado informes para la interconexión de cuencas, como una de escasa envergadura desde el Duero que podría abastecer a los dos embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía.
Finalmente, la ministra también puso sobre la mesa otra vía de solución: el ahorro de modernizar regadíos, que puede proporcionar hasta 1.000 hectómetros al mejorar la eficiencia en 100.000 hectáreas solo en la Comunidad Valenciana.
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