ALICANTE.- Consciente de la situación que vive el PSPV en la provincia, Jorge Alarte pasará esta semana al contraataque en Alicante. De hecho, el máximo responsable de los socialistas valencianos quiere aprovechar los próximos días para intentar convencer a los cargos locales socialistas -lo hará el martes por la noche en un conocido hotel de la ciudad- de la "bondad" de la decisión de Zapatero de no votar en contra de los presupuestos que presente el Partido Popular, según "Información".
Pero, quizá, eso no es más que la excusa para tratar de aparentar una imagen de normalidad tras los escándalos en la Vega Baja.
Y, en el fondo, lo que Alarte pretende tratar de encauzar durante su visita a Alicante es una decisión que evite una guerra civil en el socialismo alicantino. Una batalla entre grupos que le dieron su respaldo en el congreso provincial. Una lucha entre aquellos, con la comarca de l'Alacantí al frente, que le respaldaron sin condiciones desde el primer momento; y los que, al abrigo de Leire Pajín, se lo dieron en el último momento y después de descartar varias opciones, entre otras, la del alcalde de Elche, Alejandro Soler.
Unos proponen que la alcaldesa de Guardamar, Maryelene Albentosa, y el secretario del PSPV en Alicante, Roque Moreno, formen un "ticket" para liderar la formación en la provincia. Otros, los partidarios de Pajín, prefieren a la primera edil de Sax, Ana Barceló.
La opción de Albentosa, la que más agrada a Alarte, podría ser interpretada como un intento del secretario general de liberarse de tutelas con una candidatura que, además, facilitaría la integración de buena parte del sector que respaldó la opción de Ximo Puig. Todo lo contrario, quizá, que la figura de Ana Barceló.
Resuelto el congreso provincial, no se habrán acabado los conflictos. Asambleas con renovación de liderazgos locales y con conflictos casi asegurados en agrupaciones como Benidorm, Alcoy, Denia, Torrevieja o, incluso, aunque depende en gran medida de lo que ocurra en el congreso provincial, en la ciudad Alicante.
Pero, quizá, eso no es más que la excusa para tratar de aparentar una imagen de normalidad tras los escándalos en la Vega Baja.
Y, en el fondo, lo que Alarte pretende tratar de encauzar durante su visita a Alicante es una decisión que evite una guerra civil en el socialismo alicantino. Una batalla entre grupos que le dieron su respaldo en el congreso provincial. Una lucha entre aquellos, con la comarca de l'Alacantí al frente, que le respaldaron sin condiciones desde el primer momento; y los que, al abrigo de Leire Pajín, se lo dieron en el último momento y después de descartar varias opciones, entre otras, la del alcalde de Elche, Alejandro Soler.
Unos proponen que la alcaldesa de Guardamar, Maryelene Albentosa, y el secretario del PSPV en Alicante, Roque Moreno, formen un "ticket" para liderar la formación en la provincia. Otros, los partidarios de Pajín, prefieren a la primera edil de Sax, Ana Barceló.
La opción de Albentosa, la que más agrada a Alarte, podría ser interpretada como un intento del secretario general de liberarse de tutelas con una candidatura que, además, facilitaría la integración de buena parte del sector que respaldó la opción de Ximo Puig. Todo lo contrario, quizá, que la figura de Ana Barceló.
Resuelto el congreso provincial, no se habrán acabado los conflictos. Asambleas con renovación de liderazgos locales y con conflictos casi asegurados en agrupaciones como Benidorm, Alcoy, Denia, Torrevieja o, incluso, aunque depende en gran medida de lo que ocurra en el congreso provincial, en la ciudad Alicante.
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