Al menos dos de las facturas que contenían conceptos falsos fueron ordenadas por otro empleado, quien ha reconocido que se elaboraron a petición de los clientes, por cuanto eran "clientes importantes" y "siempre se había hecho así", y sin consultar además con Tomás.
Las facturas falsas se refieren a metros de tela blanca o de tela para tapizar, artículos que no se vendían en las tiendas en las que trabajaba José Tomás, dedicadas a la venta de ropa ya confeccionada.
Por otra parte, Javier Boix, abogado de Francisco Camps, que ha presentado un recurso contra el auto del juez Flors, persevera en el argumento de que el presidente de la Generalitat pagó sus trajes y que, en todo caso, el sastre José Tomás pudo quedarse el dinero, e intenta introducir las dudas sobre la falta de fundamento del delito de cohecho impropio en el Código Penal (artículo 426).
Primero, considera que, aunque la caja de Forever Young no refleje los pagos metálicos relatados por el jefe del Consell en su comparecencia, esto no prueba que Camps no le diera el dinero al sastre. De hecho, recuerdan en su entorno, unas de las veces que se encontraron fue en el Hotel Ritz y allí pudo entregárselo.
Para el entorno del presidente el sastre formaba parte de la estafa y su implicación invalida su testimonio. La defensa, según fuentes del PP, intenta introducir también que José Tomás se encuentra en tratamiento por depresión.
En la parecela jurídica, Javier Boix aporta la duda sobre el fundamento de un delito como el cohecho impropio y hay dudas sobre si podría volver a pedir la nulidad del proceso después de haberlo hecho ya en una ocasión.
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