MADRID.- Fue en 1843 cuando Isabel II firmó un real decreto que impuso la bandera rojigualda como enseña común de todos los Ejércitos, acabando con la amplia variedad de colores y escudos que portaba cada regimiento hasta la fecha. Así se ha mantenido durante los últimos 175 años con la única excepción de la tricolor durante la II República y la Guerra Civil en el bando republicano.
"La
unidad de la monarquía española y la actual organización del Ejército y
demás dependencias del Estado exigen imperiosamente desaparezcan todas
las diferencias que hasta ahora han subsistido".
Así rezaba la orden con
la que el 13 de octubre de 1843 Isabel II dictaba que banderas,
estandartes y escarapelas debían adoptar los colores rojo y amarillo.
Sin embargo, fue Carlos III quien 58
años antes había elegido estos colores, según ha explicado el coronel Gerardo López Mayoral, experto en vexilología
--disciplina centrada en el estudio de las banderas-- y uno de los
responsables del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de
Tierra de divulgar este 175 aniversario.
Al
subir al trono, el monarca observó que la mayoría de países utilizaban
banderas en las que predominaba el color blanco, lo que daba lugar a
confusiones en alta mar llegando incluso a provocar algún desafortunado
incidente.
Para ponerle
remedio, Carlos III encargó en 1785 a su ministro de Marina, Frey
Antonio Valdés, que le presentase varios modelos de banderas que fuesen
fácilmente reconocibles. El ministro convocó un concurso del que
seleccionó doce bocetos que presentó al rey, que eligió el modelo que ha
llegado hasta hoy en día para la Marina de Guerra y un segundo diseño
(con los mismos colores pero diferente composición) para la Mercante.
Este
diseño de la rojigualda fue entonces el adoptado por los barcos de
guerra y más tarde se amplió su uso a todos los establecimientos
dependientes de la Armada, popularizándose así en las ciudades costeras.
Hay además pruebas puntuales de su utilización en otros ámbitos durante
el convulso siglo XIX, aunque el Ejército continuó usando sus banderas
anteriores.
Así siguió hasta
1843, cuando una joven Isabel II, siendo presidente del Gobierno
provisional Joaquín María López, firma un real decreto para imponer la
bandera roja y amarilla con medidas de 1,47 x 1,47m y un escudo circular
en el centro con las armas Reales. Pese a ello, su adopción por todas
las unidades militares fue progresiva y durante los siguientes años
algunos regimientos siguieron usando sus enseñas.
El
uso de la rojigualda fue así ampliándose y siguió vigente incluso
durante la I República, cuando se suprimieron todos los símbolos reales
de los escudos pero se mantuvo la bandera. Hubo un proyecto para
cambiarla por una nueva bandera tricolor roja, blanca y azul, aunque
finalmente no se llevó a cabo.
No
fue así durante la II República, en la que tan sólo dos semanas después
de su proclamación el Gobierno promulgó un real decreto implantando la
bandera tricolor de franjas roja, amarilla y morada con el escudo de
España en el centro, sustituyendo la corona real por un castillo.
Esta
bandera siguió siendo utilizada por el bando republicano durante la
Guerra Civil junto a las enseñas de los distintos partidos políticos o
sindicatos. Mientras, el bando del dictador Francisco Franco restableció
la bandera bicolor tan sólo un mes después de la sublevación militar y,
una vez concluida la guerra, incluyó el águila de San Juan en el
escudo.
Con puntuales
variaciones en el escudo continuó el símbolo hasta la promulgación de la
Constitución de 1978, que recoge la rojigualda como bandera de España:
"La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja,
amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las
rojas", reza el artículo 4 de la Carta Magna.
El
escudo no aparece sin embargo recogido en la Constitución, sino que es
una ley posterior de 1981 la que lo define: cuartelado de Castilla,
León, Aragón y Navarra, con la Granada en la punta y el escusón central
de la casa de Borbón, timbrado por corona Real y con las columnas de
Hércules a sus costados.
Instituto
de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra está conmemorando
este aniversario durante todo este 2018 con diversas iniciativas entre
las que se encuentra una exposición de banderas de España que ha estado
ya en Barcelona, se encuentra ahora en Cartagena (Murcia) y visitará La Coruña y Valencia.
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