lunes, 15 de noviembre de 2021

Bajó la tasa de vacunación contra la neumonía


BUENOS AIRES .-La neumonía es la principal causa de mortalidad por infección a nivel mundial y se ubica entre las ocho causas de muerte más comunes en adultos junto a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón, según datos de 2019, previos a la irrupción de la pandemia de coronavirus. En ese mismo año la neumonía causó la muerte de más de 700.000 niños y un millón de adultos mayores.
 

 Además, la presencia de enfermedades cardiovasculares y de otras enfermedades aumenta el riesgo de sufrir cuadros graves. La vacunación, el diagnóstico precoz y el tratamiento también precoz con los antibióticos adecuados disminuyen el riesgo de morir por esta infección.

La infección puede originarse al aspirar desde la boca o nariz gérmenes que llegan hasta el pulmón mientras duerme o bien al inhalar las partículas microscópicas de saliva que todos eliminamos al estornudar, toser e incluso al hablar.

Los síntomas incluyen el aumento de producción de moco, fiebre, dolor torácico, dificultad respiratoria o falta de aire y dolor en puntada de costado. Si la persona presenta estos síntomas debe acudir a su médico para un diagnóstico certero y así poder acceder precozmente a un tratamiento adecuado.

El tratamiento para la neumonía implica la cura de la infección y la prevención de sus complicaciones. La mayoría de las personas que presentan neumonía adquirida en la comunidad (NAC) pueden recibir tratamiento en sus hogares. El médico decidirá cuál será el tratamiento específico, que dependerá de la historia clínica del paciente y de la gravedad del cuadro clínico.

Por otra parte, la población mundial vive un período de aumento de la expectativa de vida, lo cual hace sospechar que dentro de 40 años pueda existir un récord de pacientes mayores de 65 que tendrán un riesgo muy alto de padecer neumonía y sufrir complicaciones. Por lo tanto, será cada vez más necesario mantenerse inmune ante estos microorganismos a través de la inmunización por medio de estas vacunas.

Las vacunas antigripal y antineumocóccica son de uso corriente desde hace muchos años. La primera se administra anualmente a los mayores de 65 y a personas más jóvenes consideradas de riesgo por padecer enfermedades crónicas de todo tipo. 

La segunda, en su forma conjugada, es de aplicación rutinaria en lactantes y niños pequeños como vía de prevención de infecciones graves y su uso ha disminuido dramáticamente la incidencia de meningitis por neumococo en este grupo. Además, esta última vacuna y otra vacuna neumocóccica más antigua son las que se usan en adultos mayores y en personas más jóvenes de riesgo.

Es muy importante informar a la población sobre la existencia de la neumonía adquirida en la comunidad, y aun cuando la pandemia en nuestro país parece limitarse, recordar la necesidad del diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la necesidad de la prevención mediante vacunas, advirtieron desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.

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