«Debemos tener el coraje de introducir la obligación de la vacuna», ha dicho Carlo Bonomi, el presidente de Confindustria, la patronal italiana. De hecho, podría considerarse prácticamente obligatoria la vacunación con el reforzamiento del certificado sanitario Covid, llamado “Green Pass” en Italia, que ya es obligatorio para trabajar y en los lugares cerrados.
De momento, el primer ministro, Mario Draghi pone el freno a medidas radicales, porque Italia es uno de los países que mejor está afrontando la cuarta ola del coronavirus, gracias precisamente a la introducción del pasaporte sanitario Covid y al éxito de la campaña de vacunación.
Pero el número de infectados sigue aumentando: En los tres últimos días se han superado los 10.000 contagios. Aunque casi el 90 % de la población ha recibido al menos una dosis, preocupa el que todavía hay más de 6 millones de italianos no inmunizados, reacios a la vacuna.
Entre las medidas que adoptará el gobierno en la próxima semana, por recomendación del comité científico que le asesora, está la de acelerar con la tercera dosis de vacuna, permitiendo que se realice cinco meses después de la segunda inyección (hasta ahora había que esperar seis meses).
El Instituto Superior de Sanidad ha hecho público un informe explicando que la protección determinada por la vacuna anti-Covid para los vacunados durante más de 6 meses desciende del 95% al 82%: «Después de 6 meses desde la finalización del ciclo de vacunación - dice el ISS- hay una fuerte disminución de la eficacia de la vacunación en la prevención de diagnósticos en todos los grupos de edad».
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