“He tomado la decisión de ser candidato a las elecciones presidenciales de abril (…) para ser el presidente de una Francia reconciliada, para respetar a los franceses y hacer respetar Francia”, ha anunciado Barnier en el telediario nocturno de la cadena TF1. Entre sus prioridades, el que también fue ministro en los Gobiernos conservadores de Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac, ha citado “unir a la derecha, el centro y otros campos para reformar el país”, así como “limitar la inmigración” o “volver a colocar el trabajo en el centro de nuestra economía”, que además debe ser más “descarbonizada”, ha resumido.
La decisión de Barnier no sorprende a nadie. El ex alto funcionario europeo ha coqueteado con una candidatura francesa desde que, con la entrada en vigor del Brexit en diciembre y la conclusión del acuerdo que enmarca la cooperación biltareral post-Brexit después, en marzo, dio por terminada su larga etapa en Bruselas, que comenzó como eurodiputado en 2009 y continuó como comisario europeo para el mercado interior.
Frustrados sus planes de presidir la Comisión Europea, Barnier, de 70 años, aspira ahora a disputarle la silla presidencia francesa a su actual ocupante, Emmanuel Macron —que todavía no ha oficializado su candidatura— y a la líder de ultraderecha, Marine Le Pen, a quien las encuestas sitúan en la final presidencial.
No obstante, para siquiera figurar en las listas electorales, Barnier deberá previsiblemente someterse a un proceso de primarias de la derecha donde la competencia es fuerte. Entre los políticos que ya se han presentado están la actual presidenta de la región parisina de Île-de-France, Valérie Précresse, el ex eurodiputado Philippe Juvin y el diputado nacional Eric Ciotti, que también anunció este jueves su candidatura en nombre de una “derecha fuerte” que defiende sus ideas “clara y fuertemente, sin vergüenza”.
Se espera que también se una a la carrera interna el líder de los senadores republicanos, Bruno Retailleau. Por el contrario, otro de los potenciales contendientes, el exjefe de LR Laurent Wauquiez, ha anunciado este jueves que renuncia a presentarse para no “añadir división a la división” en el seno del partido.
En nombre de la derecha se postula asimismo el presidente de la región Altos de Francia, Xavier Bertrand, quien sin embargo ha dejado claro que no piensa someterse a un proceso de primarias.
También el mapa de la izquierda está aún por configurarse. Tanto el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, como el comunista Fabien Roussel y la líder de Lucha Obrera, Nathalie Arthaud, han oficializado ya sus candidaturas, debilitando aún más la ya de por sí endeble posibilidad de forjar una candidatura única de izquierda.
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