El
repentino suicidio de Thomas J., que estaba al frente de la clínica
desde el 15 de abril y no asumió la dirección en solitario hasta el 1 de
octubre, causó una gran conmoción y fue ampliamente difundido por los
medios de comunicación.
El
alcalde de Chemnitz, Sven Schulze (Partido Socialdemócrata), declaró:
"Acabo de enterarme con gran consternación de la trágica muerte del Dr.
Thomas J.. Ya ayer por la tarde tuvimos una larga discusión sobre la
difícil situación del coronavirus".
Ahora ha salido a la luz una extensa nota de suicidio que J. habría exigido que se publicara, según informa el sitio web Freie Welt.
En ella critica duramente la política de información del gobierno sobre
los peligros de estas vacunas. Según la carta, ya no podía soportar las
constantes mentiras y engaños a los pacientes y a los vacunados sobre
la supuesta inocuidad de las vacunas.
En la carta, se dice que ha
condenado la vacunación de la población "con vacunas experimentales y
letales Covid-19", que son "en realidad un agente de guerra biológica".
En su opinión, se trata de un genocidio. Se trata de un crimen contra la
Humanidad, afirma en la carta.
El alcalde de Chemnitz, Schulze,
le había amenazado con el despido si no seguía la línea y se negaba a
realizar vacunaciones en la clínica. Sin embargo, como el director de la
clínica no quería "apoyar un crimen cometido por el gobierno federal,
el gobierno estatal y sus secuaces", supuestamente optó por el suicidio.
Era la única manera de enviar una señal contra esto, dice el informe.
El informe de Freie Welt afirma
que el alcalde de Chemnitz, Sven Schulze, quería impedir la publicación
de la supuesta nota de suicidio. Ya se habían formado numerosos grupos
en diversos foros exigiendo que Schulze abandonara su bloqueo y
respetara la última voluntad de Thomas J., según el informe.
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