martes, 24 de agosto de 2021

Anticipan todo el dinero que van a ganar las farmacéuticas con el negocio de las vacunas del COVID-19


MADRID.- El ritmo vertiginoso al que están creciendo las farmacéuticas detrás de las vacunas contra el COVID-19 ha superado todas las expectativas de los analistas, que se mostraban muy optimistas a la espera de estos segundos resultados trimestrales, a juicio de www.businessinsider.es

Las cifras de Moderna, Pfizer, Janssen y AstraZeneca anticipan que lo que se verá en las próximas cuentas trimestrales y a cierre de 2021 podría ser histórico —más teniendo en cuenta que para la biotecnológica de la vacuna de ARN mensajero, este será su primer año con un producto en el mercado—. 

Los resultados de los 3 meses vencidos el 30 de junio, tanto respecto los mismos de 2020 como a los 3 primeros de este año, han hecho que las inyecciones contra el coronavirus se noten entre las cifras de Johnson & Johnson (detrás del laboratorio Janssen) y AstraZeneca, cuya cartera de productos de largo recorrido ya aseguraban al menos un balance estable. 

Para Pfizer y Moderna, que han empezado a afianzar en el mercado la tecnología de ARN mensajero por primera vez en la historia, los números son aún más predictivos. 

La primera de ellas casi dobla sus ingresos del segundo trimestre de 2020 tras crecer un 92%. La segunda ha reportado un histórico incremento de su facturación del 6300%. 

Estos y otros datos aseguran que las farmacéuticas se podrían hacer de oro con el negocio de las vacunas de COVID-19, en cuya carrera está a punto de entrar la primera vacuna española

Moderna, cuyo primer producto en el mercado es la vacuna del COVID-19, es el claro ejemplo de que el negocio de las vacunas contra el coronavirus apenas está despuntando. 

La biotecnológica, dirigida por Stéphane Bancel, ha facturado este segundo trimestre del año un 6300% más que en el mismo periodo del año anterior —cuando aún su candidata seguía siendo estudiada—. 

Los ingresos han ascendido a unos 4.354 millones de dólares (cerca de 3.672 millones de euros), frente a los 66 millones de dólares de 2020 (unos 55 millones de euros).

Del total, la vacuna representa casi el 100% de la facturación: 4.197 millones de dólares (3.539 millones de euros), en comparación con los 1.733 millones (cerca de 1.443 millones de euros) del primer trimestre de este mismo año. 

La otra farmacéutica al frente de una vacuna de ARN mensajero, Pfizer, ha ganado con la vacuna 9.234 millones de dólares (7.880 millones de euros), en comparación con los 1.247 millones del mismo periodo de 2020 (unos 1.060 millones de euros). 

En total, la farmacéutica ha crecido un 92% en un año, tras registrar ingresos por valor de 18.980 millones de dólares (16.000 millones de euros) frente a los 9.860 millones (8.300 millones en euros) del año anterior. 

Johnson & Johnson, que ha facturado unos 23.300 millones de dólares (19.700 millones de euros) y ha superado también las expectativas de los analistas, ha crecido un 27,1% respecto al mismo trimestre de 2020. 

Aunque los ingresos por su vacuna parecen menores que los de sus competidoras, ha obtenido unos 164 millones de dólares (139 millones de euros), un 64% más que en el primer trimestre del año. 

AstraZeneca ha triplicado los ingresos de su vacuna este segundo trimestre del año respecto a los 3 primeros meses de 2021. La farmacéutica, que ha desarrollado sus inyecciones en colaboración con la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha ingresado 757 millones de euros. 

Esto, junto a un fuerte crecimiento con el resto de productos de su cartera, ha llevado a AstraZeneca a ingresar en total un 31% más que en el mismo periodo del año anterior —8.200 millones de dólares (6.900 millones de euros al cambio) frente a los 6.200 millones (5.200 millones de euros) de 2020—. 

Los analistas estiman que Moderna siga creciendo vertiginosamente en lo que queda de año. La biotecnológica podría facturar 23 veces más de lo que facturó en todo el año anterior, al presentar unos 18.770 millones de dólares (15.830 millones de euros) frente a los 803 millones de dólares (unos 677 millones de euros al cambio actual) de 2020. 

Pfizer anticipa un cierre de aproximadamente 33.500 millones de dólares (28.300 millones de euros) por la vacuna BNT162b2, desarrollada junto a BioNTech. Lo que impulsaría sus ingresos totales a entre 78.000 millones de dólares (66.000 millones de euros) y 80.000 millones de dólares (67.000 millones de euros).

Johnson & Johnson espera cerrar 2021 con un total de entre 93.800 millones de dólares (79.600 millones de euros) y 94.600 millones de dólares (80.200 millones de euros) facturados, tal y como había informado Business Insider España con anterioridad. Cuando cerró 2020 con 82.600 millones de dólares (más de 70.000 millones de euros).

Para AstraZeneca, que no ha ofrecido cifras sobre lo que espera ingresar en 2021, los analistas esperan que ingrese un 45% más que el año anterior, cuando facturó 26.620 millones de dólares (22.500 millones de euros). Exactamente, la cifra podría ascender a los 32.700 millones de dólares (32.700 millones de euros).

"Es de esperar que continúen las variaciones de rendimiento entre trimestres", reconoce el informe de los últimos resultados presentados por AstraZeneca. 

España tiene reservadas 146 millones de dosis de Pfizer y BioNTech, 52 millones de Moderna, 31 millones de AstraZeneca y 20 millones de la monodosis de Janssen. 

Pero son sólo una pequeña parte de lo que las farmacéuticas planean producir y vender en 2021. 

Según datos recopilados por Bloomberg, se han administrado más de 4.820 millones de dosis en 183 países, de forma desigual entre ricos y pobres. A este ritmo, estima el medio, se necesitarían unos 6 meses para llegar a la inmunidad de rebaño en todo el mundo —cerca del 75%—.   

Moderna planea entregar en 2021 entre 800 millones y 1.000 millones de dosis de la vacuna. Pero promete entre  2.000 millones (de 100 μg) y 3.000 millones de viales (si se trata de 50 μg) en 2022.

Pfizer, por su parte, se ha comprometido con 2.100 dosis en 2021. No obstante, el fabricante prueba su candidata en niños de tan sólo 6 meses de edad y está a la espera de la revisión de datos de su dosis de refuerzo. 

Janssen había asegurado que podría producir 1.000 millones de dosis durante 2021 y confirmó en un comunicado a la UE que entregaría 200 millones de dosis al grupo en 2021.

Pero un funcionario de la Unión Europea ha reconocido a Reuters, en febrero de este mismo año, que podría estar enfrentándose a problemas de suministro que pueden complicar los planes de entrega de 55 millones de dosis de su vacuna COVID-19 al bloque este trimestre.

AstraZeneca, que ha protagonizado las mayores polémicas de la campaña de vacunación, no adelanta cuántas dosis entregará en 2021. La farmacéutica podría estar siendo precavida para no comprometer dosis que luego no puedan ser entregadas —como sucedió con la Unión Europea—.

Sin embargo, los datos evidencian que ha impulsado el crecimiento de la compañía en mercados emergentes como China, ha reportado ingresos en el país por valor de 455 millones de dólares (385 millones de euros) y 572 millones de dólares (484 millones de euros) en Europa en lo que va de año.

A pesar de estos últimos conflictos, las compañías difícilmente verán lastrado su crecimiento al menos en 2021. Sus vacunas son seguras y eficaces, son más baratas que las de ARN mensajero y más fáciles de transportar. 

La farmacéutica que menos se ha beneficiado de este factor ha sido AstraZeneca, no por el número de dosis vendidas, sino porque su candidata se ha comercializado sin ánimo de lucro. Es decir, a precio de coste. 

Los viales de la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford cuestan unos 3 euros. 

Le sigue la monodosis de Janssen, el laboratorio de Johnson & Johnson, que tiene un precio de unos 8 euros. Al ser una única dosis, ese sería el monto total para la pauta completa. Mientras que para el resto de candidatas es el doble por cada inmunizado. 

En origen, la vacuna de Pfizer y Moderna se empezaron a comercializar por 15,50 euros y 19 euros respectivamente. Pero su efectividad contra las nuevas variantes —más alta que la del resto de vacunas— llevaron a sus fabricantes a elevar el valor de las inyecciones. 

Pfizer ha subido el precio de su vacuna a los 19,50 euros el vial. Y Moderna a los 25,50 euros. 

Para más, todavía queda lo que los ejecutivos de Pfizer llaman una "oportunidad significativa": que pase el estado pandémico y el precio de la vacuna se pueda ajustar a la balanza de la oferta y la demanda.

"Si se observa cómo se está impulsando la demanda actual y los precios actuales, está claro que no está sucediendo por lo que yo llamaría condiciones normales de mercado o fuerzas normales de mercado... se ha motivado por el estado de pandemia en el que nos encontramos", explicaba con anterioridad Frank D'Amelio, director financiero de la farmacéutica. 

Las variantes serán un factor determinante para la industria farmacéutica que estudia vacunas contra el SARS-CoV-2 —y los virus en general, como el que provoca la gripe cada año—. 

Que aparezcan nuevas variantes implica que el virus original o sus predecesoras han sufrido una mutación. Estas mutaciones pueden afectar a la forma en la que el virus se adhiere a los receptores de la célula humana, a cuán agresiva es la enfermedad que provoca o a su resistencia a una respuesta inmunitaria. 

Las variantes del coronavirus han ido evolucionando en esos 3 aspectos, al menos delta. 


Ahora las vacunas son entre un 10% y un 30% menos efectivas. Además, varios estudios están advirtiendo sobre la duración de su protección, que podría empezar a ser notable a partir de los 6 meses.

Las farmacéuticas que ya han recibido autorización para su uso de emergencia —Moderna, Pfizer, AstraZeneca y Janssen— ya estudian dosis de refuerzo, vacunas orientadas a las variantes más peligrosas y vacunas polivalentes, que respondan a diferentes versiones del virus. 

Además, otras candidatas vienen en camino. Y podrían cambiar el rumbo de la pandemia de conseguir una protección más fuerte, más prolongada en el tiempo y diferente —si consiguen evitar la infección, por ejemplo—.

Moderna, cuyo primer producto en el mercado ha sido la vacuna del COVID-19, ha experimentado un crecimiento de más del 6300% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo de 2020. Estas cifras, si bien no se podrían repetir, son un reflejo de lo que podría esperar a Hipra —el laboratorio al frente de una de las vacunas españolas ya en revisión de datos—, Novavax y Sanofi/GSK.

Las dosis de refuerzo están a punto de ser una realidad, porque —sean o no la estrategia más eficaz en la coyuntura actual de la pandemia— serán necesarias para hacer frente a versiones más agresivas del virus, como delta.

Más si las variantes hacen al virus más transmisible, viral —es decir, acelera la enfermedad que provoca o lleva a casos más graves— o resistentes a los anticuerpos. 

Porque aunque los vacunados estén protegidos contra los peores escenarios del SARS-CoV-2, más infecciones aumentan las probabilidades de infectar a otros y de saturar el sistema sanitario.

Las administraciones responsables de Europa y Estados Unidos, conocidas como EMA y FDA, trabajan en la revisión de los datos de los efectos y la seguridad de una tercera dosis de las vacunas de ARN mensajero: Pfizer y Moderna

Pero ya las autoridades sanitarias de EEUU han recomendado una dosis extra para los que tienen una pauta completa, más allá de los grupos de riesgo. Si la FDA lo aprueba, se empezarían a administrar el 20 de septiembre, 8 meses después de la segunda inyección. 

España, por su parte, planea una vacunación masiva con dosis de ARN mensajero para 2022. De facto, ha suscrito un contrato de la mano de la Unión Europa por 1.800 millones de dosis de Pfizer y en torno a 480 [millones] de Moderna.

La necesidad de dosis de refuerzo llevará a un aumento de la demanda de las vacunas. Y, por consiguiente, a que las farmacéuticas amplíen su capacidad de producción y se refleje en sus próximos resultados. 

Los cálculos de la compañía estadounidense de datos de salud IQVIA, estiman que si se necesitase una inyección cada 2 años, el gasto en estas dosis sería de hasta 157.000 millones de dólares —más de 133.000 millones de euros— en 2025. Lo que equivale al 2% del presupuesto para todos los medicamentos recetados.

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